Hola... ¿quién eres?... despierta, despierta... no me preguntes a mí, no sé cómo has llegado aquí... ¿ves el agua negra abajo, precipitándose, manando violenta? En ese agua encontraremos nuestro fin... este es el puente de los suicidas, sí... si estás aquí, no puede ser por otro motivo.

Sí, ya sé de tu sufrimiento, ya sé que tú también estás atormentado. Sólo nos falta un ligero salto, un leve salto, una grácil caída...

Pero antes contémonos nuestras desgracias...

El Puente de los Suicidas. Relatos intimistas

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El Baño Espejo Diario de un drogadicto Gracias por dejarme escribir

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