Pachucos Zoot Suit

Autora: Dra. Martha Delfín Guillaumin
 

15 junio de 2013

 

 

 

Cuando yo vivía en la ciudad fronteriza de Tijuana, Baja California, en los inicios de 1980, era común ver a muchos jóvenes de ambos sexos peinados y vestidos de una manera interesante, aunque a cierta gente les parecieran estrafalarios, sobre todo al mirarlos subidos en sus autos y camionetas con llantas muy grandes. Me refiero a los cholos, a los que es común confundirlos con pandilleros hasta hoy día.

 

Pocos años después, al estudiar en la Escuela Nacional de  Antropología e Historia en la Ciudad de México, estuve inscrita en un taller de investigación sobre frontera del norte de México y allí volví a oír el término cholo, pero esta vez junto con los términos pachuco y chicano. Así, percibí que estos apelativos tienen que ver con el sentido de reivindicación de la gente de origen mexicano que vive en los Estados Unidos y que se vincula con los habitantes de la frontera mexicana con ese país.

 

En 1986, durante una práctica de campo a Ciudad Juárez, Chihuahua, los estudiantes de ese taller de frontera norte nos vinculamos con unos chicos cholos que nos permitieron asistir a una de sus reuniones. Lo que nos llamó la atención fue que las mujeres cholas no hablaban, sólo escuchaban, a mí en lo particular me pareció una actitud demasiado machista por parte de los varones, pero quizás sea la manera de las mujeres para hacer presencia y así saber lo que acontece en sus grupos, los que, por cierto, a veces se enfrentan entre sí. Ese mismo año fuimos los alumnos del taller a Tijuana y allí entrevistamos a un señor cholo que hacía dibujos y cuadros presumiendo que en la cárcel es donde había aprendido a dibujar y pintar; nos mostró el 13 que tenía tatuado en la mano y nos dijo que eso era el número de la vocal m de mariguana. Realmente sus dibujos estaban muy bien logrados.

 

Cholos[1]

 

En aquel entonces también tuve oportunidad de ver una película sobre los pachucos titulada Zoot Suit. De esta manera pude entender mejor lo que eran y son los chicanos, es decir, una especie de continuidad de aquellas personas que reivindicaban su diferencia étnica y cultural de los estadounidenses anglosajones usando un tipo de vestimenta muy especial, una forma de hablar, caló, en la que se mezclaban el español y el inglés creando palabras interesantes como watchear, o sea, ver, así como checar, chequear dando a entender verificar o comprobar algo. La música también les hacía reconocerse entre ellos como el swing de la Big Band.

 

Sabes que cuando te pones un traje, uno de esos zoot suits, un “tacuche”, como, en efecto, ellos le decían te cambia la personalidad realmente, no importa cuál sea la persona, sea hombre o mujer, no le hace, es que la ropa propia tiene un espíritu muy importante, es un traje propio pero un traje con ciertas líneas que creo que hace que todos los cuerpos se vean mejor, te da más presencia, más dignidad, te da más estilo y por eso, yo creo, fue tan popular el zoot suit, porque todos se sentían bien padres utilizando ese “tacuche”.[2]

 

En la década de 1960 los pachucos evolucionaron a lo que hoy se conoce como chicanos quienes, además, usaron la fuerza política para hacer respetar sus derechos civiles. También se recrudeció la violencia callejera a través de las bandas de mexicoamericanos y sus miembros cambiaron su vestimenta prefiriendo el uso de camisetas y pantalones kakis. Esto derivaría en los cholos. La voz cholo es un concepto interesante porque apunta el mestizaje, esta vez el mexicoamericano, aunque también este término se emplea en otros países latinoamericanos desde la época colonial.

 

Pachuco y pachuca bailando[3]

 

Los grupos o bandas de cholos tienen un código de honor entre ellos, respetan la figura materna, la familia, la comunidad y su simbología contiene tanto a la imagen de la Virgen de Guadalupe como a la de los héroes de la Revolución Mexicana, por ejemplo, Emiliano Zapata, por nombrar a uno de los más representados en sus murales. La Raza y Anahuac son palabras que también forman parte de su léxico para identificarse como miembros de la misma comunidad.

 

En los juegos olímpicos celebrados en la ciudad de Los Ángeles, California, en 1984, se pudieron apreciar los murales hechos por los artistas mexicoamericanos en las paredes de los puentes de los freeways, las vías rápidas. Desafortunadamente en la actualidad varios de estos murales han desaparecido porque con el pretexto de que los han grafiteado, las autoridades municipales han dispuesto destruirlos en vez de repararlos y conservarlos.

 

Un mural de 1984 dañado por el grafiti[4]

 

Hace unos días presencié la obra Zoot Suit montada por la Compañía Nacional de Teatro y eso trajo a mi mente muchos recuerdos, particularmente reconocer la manera en que los pachucos portaban sus largos trajes, el sombrero, la cadena colgando del bolsillo y los pantalones holgados y drapeados en los tobillos que yo había visto en películas interpretadas por Germán Valdés, Tin Tán, un magnífico cantante y actor del norte de México que se vestía como pachuco en sus primeras películas. Si bien el estilo de vestir  Zoot Suit desapareció, no por ello la importancia de su herencia cultural.

 

Tin Tan[5]

 

El drama de la película está basado en un hecho real acontecido en agosto de 1942, se acusa a varios chicos pachucos que se identifican por su atuendo como Zoot Suit, de haber asesinado a un joven en Sleepy Lagoon, California. Todo parece indicar que es un plan policiaco para eliminar a estos jóvenes por considerarlos diferentes ya que son de origen mexicano, hablan, visten, oyen música y bailan de una manera que no convence a todos los anglosajones. Sin embargo, a pesar de esta animadversión en el común de la gente “blanca”, hubo actores como Anthony Quinn, Orson Welles y Rita Hayworth que apoyaron a estas personas para lograr su liberación. Como esto ocurriera durante la Segunda Guerra Mundial también van a aparecer escenas de violencia como los ataques que recibieron los pachucos por parte de los marinos estadounidenses que estaban apostados en 1943 en Los Angeles, California, para ir a la batalla contra los enemigos japoneses pertenecientes al Eje. En ese período la violencia ejercida contra los pachucos, por parte de los militares y policías anglosajones, se extiende por igual hacia los ciudadanos negros.

 

Los jóvenes detenidos[6]

A pesar de las inquietudes de estos ciudadanos, esta ideología de la aplicación de ley imponía culpa a priori sobre los jóvenes de los grupos étnicos minoritarios que usan estilos de ropa definidos por las organizaciones policiacas como la representación de la delincuencia. En el centro de estas prácticas se halla un fino velo de racismo que permea la autoridad del estado y está presente en todas las formas de medios de comunicación, incluyendo noticias periodísticas y de entretenimiento. La ideología y las prácticas policiacas dieron lugar a que los miembros de la comunidad y las personas relacionadas con la cultura de la juventud se hallasen en desventaja pragmática e ideológica. Nuestro ordenamiento jurídico estipula que una persona es inocente hasta que se demuestre lo contrario; la asunción de culpabilidad a priori basado en la raza y un estilo de ropa marca un límite claro de la inequidad.[7]

Para concluir este escrito me gustaría comentar que la obra  Zoot Suit  de Luis Valdez realmente me ayudó mucho para identificar mejor todos estos términos que en un principio me resultaban tan extraños. Reconocer cómo los vocablos chicano, pachuco y cholo emergen como parte de una manifestación de rebeldía ante la discriminación, la intolerancia, el racismo, el desinterés y la animadversión que han padecido y padecen los habitantes mexicoamericanos en ambos lados de la frontera norte de México. Lo que resulta asombroso es enterarse que ahora hay cholos en el centro del país porque se vinculan con sus familiares que se han ido a trabajar a los Estados Unidos de manera ilegal, como dicen por esos lares, o sea, sin papeles migratorios por ser “espaldas mojadas” si es que cruzan el charco del Río Bravo o se atreven a enfrentarse al calor del desierto, los alacranes, las víboras o los disparos de los vecinos anglosajones de Arizona, por ejemplo.

 

Quién lo dijera, todavía muchos mexicanos evocan con tristeza el tiempo en que esos territorios fronterizos del sur de los Estados Unidos pertenecían a México antes de la guerra de invasión de 1846-1847, sin darse cuenta que la globalización contemporánea sigue ocasionando la migración hacia esos lares para encontrar supuestamente mejores condiciones de vida laboral, ya sea con papeles o sin papeles migratorios pero igual de explotados.

 

                 El atuendo Zoot Suit
Folleto de la obra de teatro Zoot Suit de Luis Valdez presentada por la Compañía Nacional de Teatro de México teniendo como director residente a Octavio Michel, temporada marzo-abril de 2013.

 


 

 

[2] Entrevista [2010]. Luis Valdez dirige su obra Zoot Suit. Batalla que hemos tenido a través de generaciones de establecer nuestro lugar, nuestra posición, nuestra dignidad en Estados Unidos. Texto y fotos: Salvador Perches Galván.

http://mexicolegendario.blogspot.mx/2013/03/entrevistaluis-valdez-dirige-su-obra.html (Consultado el 15 de junio de 2013).

[3] http://www.youtube.com/watch?v=dwINn5DEL1c (Consultado el 3 de abril de 2013).

[5] http://k13.kn3.net/89A6CD622.jpg (Consultado el 15 de junio de 2013).

http://cinemexicano.mty.itesm.mx/imagenes/tintan.jpg (Consultado el 15 de junio de 2013).

[6] http://www.youtube.com/watch?v=dwINn5DEL1c (Consultado el 3 de abril de 2013).

[7] Laura L. Cummings, Pachucas and pachucos in Tucson: situated border lives, EEUU, The University of Arizona Press, 2009, p. 166.

 

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