El sobre negro
Eugenio Barragán [@] [www]

El autobús se acerca ahíto de publicidad de los bocadillos "Pocopan". Subo por la rampa. Introduzco mi billete multiviaje en la máquina chequeadora. El conductor bosteza. Apenas hay nadie; sólo cuatro almas en pena lo ocupan. Con el sueño aún en mis ojos ni me fijo en mis acompañantes. Tomo asiento, cerca de la ventanilla. Está amaneciendo. El autobús arranca en pos de una nueva parada.

Hay un sobre negro en la plataforma. Nadie lo ha advertido. Miro disimuladamente. Un mecánico, lo deduzco por su mono de trabajo azul, se levanta de su asiento. Pasa por mi lado. Miro por la ventanilla. Suspiro para que no se dé cuenta. Pulsa el botón de petición de apertura de las puertas de salida. Pisa el sobre. Se le adhiere a la suela del zapato. El autobús arriba a la parada. Me muerdo las uñas. Se abren las puertas. Me como la uña. El hombre se apercibe del hecho, se lo despega con el otro zapato, y lo deja en el suelo. Me levanto. Miro hacia mis acompañantes. Me agacho, lo recojo y me vuelvo a sentar en mi sitio. Bajo la cremallera de la cazadora. Deposito el sobre entre el forro y la camisa. Mi corazón palpita. Pienso que no está bien,... Mis brazos tiemblan. Se acerca otra parada. No es la mía, pero bajo.

Salgo corriendo hasta un callejón. Me arrepiento por breves momentos, pero comienzo a rasgarlo. Por el contacto parecen billetes. Quizás me podré comprar una motocicleta. Del interior sólo cae un papel al suelo. Lo recojo, y leo: ¿Te gusta nuestra publicidad? No. Pues no desesperes porque con este vale podrás probar un bocadillo: Pocopan. Y esto si te entusiasmará.

 

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