Tele-banquete de luxe
Lolai [@] [www]

"¡Mamola, al loro! ¡dale caña o llegamos tarde !." 

Vaya pasada.. Cuarenta y ocho mensakas montados sobre sendos ciclomotores trucados a 125 cc., tubarro incandescente, y a toda hostia por la Ronda del Litoral cargando el cattering del banquete nupcial de ese mamonazo de Visentet que tenemos por Director. Nuestra entrada al salón ha sido un puntazo. 

Al principio parecía imposible. Cuando el Visentet ha llamado desde el salón a la presunta redacción del Tiriti, hecho un flan por su tremendo despiste nos hemos descojonado. Al capullo, con la emoción del bodorrio, se le fue la bola hasta tal punto que olvidó encargar la comilona. "Lo tienes claro. De este fiasco no te libras", graznaba el Tirititero. Andábamos ya todos con el pecho partido, cuando al Buitre con el pico definitivamente desencajado le ha soltado como cuanta pasta perdería en el asunto. "¡Es un super desastre!, teníamos un presupuesto de 55.000 ptas por cubierto. Para el menú calculaba unas 25". Al Buitre se la ha esfumado la mueca de golpe, comenzando a salivar a borbotones. "Tranquilo chaval. En una hora tienes la manduca en el gaznate de tu peña". 

Ante el estupor general, la Abuela ha sido la primera en intuir que alguna gorda estaba a punto de liarse. "No seas bruto, no hay tiempo material para montar desaguisado alguno." ¡Cómo que no !. De todas las recetas hemos seleccionado la más rápida. La pizza Xuxa . "Imposible. Ninguna casa discográfica osaría editar tantos discos como para alimentar a la tropa del banquete", se resistía la muy cochina. "Pues nada, nos agenciamos un popurrí". 

"Oye Visentet. Tranquilo que con semejante presupuesto si quieres te preparamos exquisiteces guisadas al chocolate y todo tipo de hierbas". "¡Chupi-guay !¡ Sí, si, al chocolate ! ". Así que ya teníamos decididos los ingredientes. El Buitre ha dado un toque al Papelinas y en media hora disponíamos de un arsenal de hierba como para sembrar 50 estadios de fútbol jamaicanos. El plan era servir un cattering de vinilos espolvoreados con chocolate, camuflados como pizza-rápidas. "Al principio sospecharán, pero cuando le den el primer bocado seguro que alucinan y no se enteran". 

Al cabo de unos minutos habíamos movilizado a medio barrio. En avalancha llegaron todo tipo de discos dispuestos para ser utilizados como base : colecciones desclasificadas de Imperio Argentina, antiguallas del Jorge Negrete, las obras completas de El Fary, los pastelazos de la Paloma Sanbasilio, los jadeos del Iglesias & Suns y una cosa infumable que respondía al título de "Música Maravillosa para Gente Maravillosa". También apareció un recopilatorio del Perales, "80 años de éxitos", pero ahí el Trititero se declaró objetor de conciencia. "Eso nunca. Ni tan sólo para rellenar el estómago de una banda de aristócratas parasitarios. Guardemos unos mínimos de decencia". Y ha optado por largarse a un bodorrio menos esperpéntico. 

Otro pequeño imprevisto demoró la entrega. El Mamola, uno de mis colegas mensakas, se puso como una fiera al desempaquetar un doble con temas de los Clash y los Sex Pistols. Es que el Mamola es muy punky y se negó en rotundo a manchar esas perlas con simples hierbajos. "Como mínimo los sazonamos a base de farla". Pos vale. Íbamos sobrados de presupuesto. A ese pedazo de bruto de metro noventa y cinco, que se incrusta las chapas metálicas directamente sobre el pellejo, con un tatuaje que se prolonga sin solución de continuidad hasta su sombra, y con piercing hasta en la punta del capullo que cuando mea parece una aspersor de riego, había que verlo depositando amorosamente los granos de coca en los surcos del vinilo, estratégicamente colocados en función de los desvaríos de Sid Vicious. " Y además estas pizzas las colocamos en la mesa presidencial. Yo mismo me encargaré de eso." De la tarta nupcial se ocupó el Buitre. Recurrió a la sección clasificados de nuestra Bolsa de Trabajo. No tardó en encontrar un servicio de pasteleos a domicilio aptos para cualquier movida. 

Como contaba. La entrada al salón ha sido espectacular. El Mamola se ha pasado con los caballitos y no ha desencabritado el Vespino hasta que la jodida estatua se ha interpuesto. Mención especial al estruendo del choque. El mármol de Carrara se ha llevado la peor parte. Pitu "Trompos" también ha montado el número. En concreto se ha montado sobre la mesa número 14. En otra ocasión deberá revisar los frenos antes de atreverse con según que tipo de derrapajes controlados. 

Los comensales al completo han tardado en rehacerse al pasmo inicial. Aunque ya se sabe. En estos cirios de pingüinos, VIP´s y demás fauna emperifollada se tiende a guardar las formas mientras los protas de la performance no muestren signos de preocupación. Y no ha sido el caso. El Mamola no ha perdido un segundo en servir sus pizzas flipadoras a los de la mesa presidencial. Por ahí había uno con sotana que mostraba alguna reticencia a comer vinilo. Para esos casos los nudillos del punky Mamola gastan una persuasión demoledora. Por el tripy que ha agarrado la basca más bien parecía que hubieran aliñado las pizzas con LSD. ¡Vaya forma de alucinar !. Más que cundir el pánico cundió el ejemplo y el colocón se ha expandido hacia el resto de comensales. Mientras nosotros hacía poco acabábamos de apearnos de la amoto, esos pelmas a medida que engullían iban colocándose como una moto hasta derivar la fiesta desde el desfase ganso hasta la orgía marrana. 

La bacanal no se ha interrumpido hasta la irrupción de la tarta nupcial bajo los acordes del Joe Cocker cuando el despelote de la Bassinger. Uno ha visto de todo, pero en principio no me parecía la banda sonora más acorde con semejantes pastelazos. Justo cuando la feliz pareja recién cascada se disponía a cortar la tarta, desde su interior ha emergido un pedazo de jamona agitando el chasis con un poderío que derretía la misma nata. Parece que el Buitre no afinó mucho a la hora de encargar la tarta . Mas la sorpresa gorda todavía estaba por llegar. De la misma tarta brotó el Buitre con aire de pocos amigos armado con la motosierra a toda caña. Al principio la parroquia estalló en aplausos, como considerando el número como parte de la performance. Pero yo que me conozco el percal me di el piro papiro, que ese pico rapaz de mala gaita no podía llevar a nada bueno.

 

 

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