El zen del hombrecito pixelado
Paz [@] [www]

El Zen del hombrecito pixelado

una historia absolutamente inventada y absolutamente real

 

Monedita brillante

Puedo oir el clin de la moneda que ha caído lentamente a los adoquines, siguiendo la línea vertical de sus larguísimas piernas zancudas, escapando por el roto del bolsillo.

perdiendo el equilibrio

Puedo imaginarle corriendo calle abajo, manteniendo a duras penas el equilibrio, extendiendo los brazos en toda su envergadura, por encima de los coches aparcados, agachando la cabeza para no enredarse con las pancartas, ni con las líneas de cable de las que se cuelgan en diciembre las luces de Navidad, ni con los carteles de Fulanito, te quiero, cásate conmigo que pusieron una vez los de Loquenecesitasesamor o Hayunacartaparati para que un novio se muriera de vergüenza. Puedo verle echando los brazos para atrás, pero siempre con miedo de quedar sentado de culo, acelerando por inercia, detrás de la monedita que veloz e inapreciable va en busca de las ranuras de una alcantarilla.

Osca ama a Pas

Y me da un poco de pena el Hombrecito pixelado de las largas piernas, que pensaba comprarse algo con la monedita, algo dulce a poder ser. Muy cansado ya, estudia el modo de frenar para hacerse el menor daño posible: las piernas largas son frágiles y quebradizas. Con muy mala suerte, termina siendo atajado por una pareja de operarios que empujan un largo vestidor con ruedas del que cuelgan muy pulcros cuarenta vestidos de diseño de la última temporada. Al hombrecito pixelado le insulta sin compasión la dueña de la boutique y nadie le ayuda a levantarse, pero como está quieto, rasguñado, vapuleado en su amor propio, avisan a la grúa municipal para que se lo lleve de la acera, donde entorpece la visión de los escaparates.

en el pppparque

¿Dónde te echamos, tú? le pregunta el conductor, que es de talante bonachón, aunque se esfuerce en ocultarlo. Eeee-nnnn laa pppplaaazaaa contesta el Hombrecito pixelado. Y le cogen del cuello de la camisa con un gancho, y ahí va, ondeando cual estandarte, hacia el parque más próximo. Te dejo caer en la hierba, tú, que es más blanda dice el conductor. Vvvvvaaalee contesta el hombrecito pixelado. Plof.

* P l o f *

Cae junto a un árbol, junto a una papelera, junto a un banco verde.

lugar cómodo

Se arrastra hacia los juegos infantiles y agarrándose a los travesaños trepadores consigue ponerse de pie, se sacude el polvo de la ropa, se recompone el sombrero de copa, comprueba que en efecto no tiene nada roto y estira de nuevo los brazos para asegurarse de que no le faltan botones y como hace calor se saca el traje y se queda con su jersey rojo y el rojo atrae a un pajarito que le confunde con un espantapájaros amable y pía para él algo que no entiende, pero que le reconforta y él piensa que le dice: Qué bien que te sienta ese sombrero de copa, Hombrecito pixelado y para sí mismo agradece estar tan cerca del cielo, lleno de criaturas que siempre le comprenden, aún sin palabras. A él, cuyo anhelo más secreto fue el de ser pájaro.

pío, pío

El pajarillo le va orientando para que aparque su trasero y sus largas piernas en el banco verde, como quien aparca un coche en un día imposible de tráfico, y comparten un bocadillo de chorizo que algún niño olvidó a la hora de la merienda. Las vidas más arduas también tienen sus horas felices piensa el Hombrecito, Solo hay que dar un paso y después otro. Nunca sabes si la moneda fugitiva vendrá a buscarte, harta de rodar por los bolsillos de medio mundo. Y suspira satisfecho contemplando a su nuevo amigo dar cuenta de las últimas miguitas de pan.

Fin

(Ilustraciones de Óscar)

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