viernes, mayo 07, 2004 :::
 
Fuente: El Periodico de Catalunya
Fecha: 7-5-04
Autor: Sandra Oñate

Negocio tóxico en el jardín

• La venta de traviesas de tren con creosota para zonas verdes continúa pese a estar prohibida desde hace un año
• Algunos distribuidores ocultan el riesgo de cáncer

MATARÓ

La venta de antiguas traviesas de tren recicladas como elemento decorativo en jardines continúa pese a la prohibición explícita dictada por la Unión Europea en el 2001 y adoptada por España el 30 de junio del 2003. Estas maderas fueron tratadas con creosota --un compuesto químico cancerígeno-- para que aguantaran bien a la intemperie, pero su contacto continuado con la piel humana puede provocar irritación cutánea y cáncer. Por ello, no pueden colocarse en zonas infantiles, parques ni jardines.
La normativa, sin efectos retroactivos, limita su uso a fines industriales y profesionales vetando su utilización en el interior de edificios, juguetes y parques, entre otros. Aun así, este diario constató ayer que algunos de los principales mayoristas que distribuyen estos materiales en Catalunya desconocen, o bien ignoran, la norma que regula su comercialización (BOE del 31 de octubre del 2002).

Publicidad engañosa
De hecho, en las webs de algunas de estas empresas se ofertan las traviesas procedentes de antiguas vías férreas como elementos de "decoración", indicados para la construcción de "vallas, dinteles de ventanas, repisas de chimeneas o jardineras". En esas páginas no aparece mención alguna sobre los riesgos que conlleva su uso.
Y es que su bajo coste, unos diez euros por pieza; su resistencia --derivada de la utilización de la creosota para su conservación-- y su estética colonial han convertido estas maderas en elemento común en jardines públicos y privados.
R., dueño de una empresa de jardinería que ayer mismo instaló traviesas, mostró su indignación ante la alarma suscitada en torno a estos materiales. "A mí nadie me ha dicho nunca que esta madera fuera cancerígena. Si tengo que dejar de utilizarla, lo haré. De hecho, ya no instalaré más. Pero, ¿qué pasa con los jardines que he montado?", se preguntó, visiblemente preocupado por la reacción de sus clientes.
Ante la posibilidad de reclamaciones, los profesionales consultados se escudaban ayer en su desconocimiento del veto a la instalación de traviesas, muy comunes en los jardines, lo que no les eximiría de responsabilidad, al menos si las han colocado en los últimos meses.
Uno de los distribuidores de estas maderas, Peter Burk, de Jardinerías Pond, estampa desde hace meses en sus albaranes un sello en el que advierte: "La utilización de estas traviesas de madera está sujeta a las directrices de uso según una orden del BOE". La nota no aclara que esa orden prohíbe su instalación en jardines. Además, Jardinerías Pond vende, como indica la misma factura, "materiales para jardinería". "Nosotros --dice Burk-- explicamos cuáles son los usos legales de las traviesas, pero lo que haga después el cliente con estas piezas es cosa suya".
Josep Moix, vicepresidente de la Asociación Española de Espais Verds en Catalunya y propietario de Garden Moix, de Santa Margarida de Montbui (Anoia), reconoció ayer que impedir el comercio de traviesas para uso "decorativo" es casi imposible. "Hay personas que conocen el riesgo de tener maderas con creosota en casa, pero lo pasan por alto. ¿Qué podemos hacer nosotros ante esto?"

La alternativa
Moix aseguró que su empresa lleva meses desarrollando nuevos materiales que, a largo plazo, "serán tan atractivos y resistentes como las traviesas recicladas". El objetivo es sustituir de forma progresiva estas piezas de todos los lugares públicos y jardines. "Es lo que se debería de hacer, aunque la ley no obligue a ello", apostilló Moix.
El director general de Salut Pública, Antoni Plasència, aseguró que enviará en los próximos días una carta a todos los ayuntamientos para que retiren las traviesas.







::: Noticia generada a las 8:40 PM