Orgasmo divisado desde un columpio en el Himalaya
Annarafa [@] [www]

 

El sopor era inevitablemente amazónico, mi delicada garganta estaba tan seca que me producía un escozor insoportable al tragar...

Cuando Verde Limón chorrea agriamente, su abrupto, ácido y despiadado jugo venenoso sobre Violeta, a ella se le decolora el matiz y se le evapora el olor.

Quería cuidarme en primavera, darme mucho líquido para que no estuviera deshidratada, para que me sintiera tan humedecida y salada como el agua oceánica en plena condensación.

Pero Verde Limón y Violeta en múltiples ocasiones, le cierran la puerta a la tercera dimensión y en cambio abren la de la sexta, donde todo es doble, incluso el dolor.

No soportaba más la crudeza del viento desértico, sentía que iba a morir sin ni siquiera un gemido que volara sobre el tiempo. Quería que todo terminara. -Empezara acaso- .

A Verde Limón le ardían los ojos, mientras a Violeta le lloraba y le reía el sexo en intervalos musicales que se escondían tras un ritmo inexistente y una melodía fugaz,

Llegó entonces èl, ruidoso frío montañoso, y escalamos lentamente rápido. Me retomó, como si se diera cuenta de que había que reconstruir los pétalos marchitos e inertes.

Yo lo recorrí, siempre tras el movimiento que me regalaría tan solo, un instante perfecto.

Me incrustó en la espalda sudorosa, un par de espectaculares alas anaranjadas que me sirvieron para subirme sin más esfuerzo

al estridente columpio.

Violeta... me observé insaciable.

Verde Limón me columpió, me sonrió y al vacío me soltó.

 

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