La herencia de la Sra. Lowars
Jordi Tobella [@] [www]

Jaques Numars se levantó esa mañana de mal humor. Había pasado mala noche. El ordenador de la casa intentaba despertarle con su música preferida pero él se hacia el remolón así que el campo gravítico que lo hacia flotar se desconectó suavemente y lo depositó encima de la esterilla destinada a este propósito. Estaba fría y eso aun lo puso de peor humor. Se levanto renegando y se dirigió al baño de partículas.

- ¿Que tipo de baño desea ,señor.?- le pregunto el ordenador.

- Normal.- musitó Jaques- Sin aromas.

Cuando salió del baño se dirigió al reproductor molecular y pidió unos huevos fritos con patatas y un zumo como era normalmente su costumbre cada mañana. La máquina le suministró lo deseado y se sentó en el centro de un pequeño salón. Al momento, la imagen de un telediario apareció en una pared lateral del salón. Éste vomitaba noticias en el mismo tono languidecido de todos los noticiarios matutinos mientras Jaques se comía los huevos sin prestar demasiada atención a las imágenes. La voz del ordenador se oyó por encima del sonido del aparato.

- Señor, durante la noche han llegado dos nuevos mensajes y son importantes. ¿ Quiere verlos ?.

- Si son tan importantes, ponlos.- murmuró para sí Jaques.

- Si señor.- la voz del ordenador y el televisor se apagaron y apareció la cara y medio cuerpo de un hombre vestido a la usanza de las oficinas del centro de la ciudad , con una larga túnica que seguramente le llegaría a los pies.

La imagen empezó a hablar en el tono formal de un comunicado oficial con ese sonete tan conocido en todos los planetas del cuadrante habitado lo cual llamó la atención de Jaques.

- Sr. Numars, como representante legal de Clarens Lowars, su tía, tengo que comunicarle el fallecimiento de la misma en el día de ayer, en el Hospital Mare Nostrum de esta capital. Los datos de su fallecimiento puede encontrarlos en el fichero anexo "Óbito" enviado junto con este comunicado. Al mismo tiempo me place comunicarle que habiendo la finada testamentado a su favor, según las leyes vigentes en Oceanum es usted el heredero de todos sus bienes. La relación de estos puede usted encontrarla en el fichero anexo "herencia". Los gastos de representación, notaria e impuestos especiales serán cargados a su cuenta bancaria en los próximos tres días si no recibimos desaprobación por su parte. Le haremos llegar hoy mismo un paquete con pequeñas pertenencias que en su día, la señora Lowars nos advirtió que le entregáramos. Advertirle, como marca la ley, que si en el plazo de una semana no comunicara usted la renuncia a la herencia, los registros de propiedad, cuentas u otros bienes pasaran a su entera propiedad con todas las consecuencias legales y contributivas. Para cualquier consulta puede dirigirse a nuestro bufete donde lo atenderemos gustosamente y le ayudaremos en cualquier problema que pueda usted necesitar. Que tenga un buen día. - la pantalla enmudeció a la espera del permiso para pasar el segundo mensaje. Jaques tardó un poco en reaccionar a la idea. La tía Clarens ¿Cuando fue la ultima vez que la vio?. Hacia quince años al menos. Su padre todavía vivía y se encontró con ella en el funeral de un pariente lejano que ni tan solo conocía. Y ahora le dejaba sus bienes. Bueno, no debía tener otro pariente, la pobre. Su pensamiento no tardó en editar el fichero "herencia".

- Ordenador, muéstrame el fichero "herencia". - Y la pantalla se llenó de letras. Los ojos de Jaques discriminaron todo lo que no parecía importante y se dirigieron al apartado *bienes en herencia. Pudo ver que le dejaba bien poco dinero. Suficiente para pagar algunas deudas también heredadas y facturas pendientes de pago. Pero le dejaba una casa.

Una finca en las afueras de Nueva Niza llena de muebles vetustos y enseres personales innumerables ya que la tía Clarens siempre había sido una mujer apegada al pasado. Un frigorífico marca Liebher, una cocina Westinghouse. La lista era interminable. ¿ Que diablos debía ser una cocina ?, penso Jaques. ¿ Y para que querría un frigorífico la tía Clarens ?. A lo mejor su hobby era la biología y tenia que guardar las muestras, pensó. Bueno, lo mejor era la casa. Sin comerlo ni beberlo ahora disponía de un lugar donde seguramente podría pasar unas buenas vacaciones. Una casa en el campo. Y Nueva Niza no estaba demasiado lejos. A una media hora en transporte aéreo, como mucho. Un lugar ideal para llevar a su nuevo ligue, Grace. De pronto, recordó el otro mensaje recibido.

- Ordenador, pasa el otro mensaje.- Y la cara de Grace apareció en el panel, sumamente despeinada y bastante ligerita de ropa. Su voz denotaba cansancio.

- Oh, Jaques. No puedo dormir. No hago más que pensar en el fin de semana que me has prometido. Creo que me induciré el sueño. ¿ Me llamaras por la mañana ?. Anda, sé bueno y despiértame antes de irte al trabajo, ¿ Vale ?. Te quiero.-

Grace bostezó antes de que se apagara la pantalla. Jaques tenia la cabeza en la casa heredada y en los fines de semana que podría disfrutar ahí. Nueva Niza era el sitio ideal para divertirse con compañía femenina un hombre de su edad. De pronto, recordó el mensaje de Grace. - Ordenador, ponme con Grace Solana. En pocos segundos la pantalla se iluminó mostrando una cama y a una persona dentro que remoloneaba a los avisos del ordenador.

- Grace, levántate ya. Venga. ! GRACE ¡. - acabó gritando Jaques y acto seguido la chica se reincorporó como sorprendida ante la orden. Pero no pasaron ni cinco segundos y volvió recostarse. Jaques pensó que semejante individua, fatua, falta de alicientes y sin pretensiones de ningún tipo no merecía sus esfuerzos y mucho menos sus atenciones. Pero en estos momento era de lo mejor que disponía y cuando no abría la boca era una excelente compañía y muy presentable a sus amigos de farra, aunque si su jefe o su familia no llegaban a conocerla nunca seria mucho mejor.

- Grace, son las nueve y es sábado. No tengo que ir a trabajar. ¿ Sabes día que es hoy ?. Venga bonita, arriba. Te prometí un buen fin de semana y creo que lo vas a tener. - la chica pareció reaccionar a la frase y empezó a incorporarse lentamente, desperezándose al poco y mostrando parte de sus bellezas a Jaques, lo cual le convenció de la necesidad de dejar a un lado las pocas luces de su amiga y aprovechar al máximo la relación mientras ella no encontraba a nadie mejor, lo cual no tardaría demasiado en suceder.

- Ohhh...., ¿ que dices, Jaques?, ¿ Es Sábado?. Oh, me prometiste que saldríamos este fin de semana. ¿Porque no estas aquí?.- Grace empezaba a asumir ese tono de autoritarismo que tanto le cabreaba pero hoy estaba contento por la perspectiva de la inesperada herencia y no tuvo que esforzarse demasiado en soportarle el carácter creído y autosuficiente.

- Venga cariño, prepárate. En quince minutos estaré ahí y cogeremos un avión hasta Nueva Niza. Te tengo preparada una sorpresa.- Jaques calló para ver estudiar la reacción de Grace. Ella tardó poco mas de cinco segundos en asimilar las dos palabras. Nueva Niza.

- Jaques, eres un sol. Nunca hubiera imaginado que un hombrecillo como tu me llevara ahí. Ya he estado otras veces pero claro, con otro tipo de hombres. Seguro que será muy divertido. - Jaques intento no darse por aludido ante la aseveración de Grace y así poder retornar a su primer impulso. Se pregunto porque coño la aguantaba y se respondió a si mismo por lo buena que esta.

- Estaré ahí en quince minutos. Prepárate. Los vuelos a esa zona son cada media hora. Hasta ahora cariño.

- No tardes, corasao. Tengo unas ganas locas de salir de esta ciudad por un tiempo, aunque solo sea un fin de semana.

Jaques notó el tono de reprobación en Grace, remarcándole el hecho de ser un vulgar trabajador y que solo dispusiera de un fin de semana para hacerla feliz pero lo paso por alto, como tantos otros detalles de ella. No pasaron ni cinco minutos y Jaques ya estaba en el interior de su coche camino al centro de la ciudad. El vehículo, un modelo antiguo con más de doce años, estaba sucio y pensó en pasarlo por el túnel de lavado antes de que lo viera Grace pero no quiso perder más tiempo a si que se armó de paciencia y se dispuso a aguantar la perorata de su amiga mientras el vehículo le conducía automáticamente hasta su destino.

Cuando el coche se acercó a las inmediaciones de la casa de Grace, avisó a ésta mediante una señal al ordenador de su casa. Jaques no esperaba que ella estuviera lista y preparada a su llegada, en cambio, esta vez se equivoco. Grace estaba en el vestíbulo del edificio y por su cara se la veía muy impaciente lo cual hizo pensar a Jaques. Lucia un vestido ceñido con un generoso escote desde el que se podía apreciar la generosidad que había prodigado la naturaleza en su persona.

- Desde luego que a la chica se le ve el plumero a cada paso que da.- se dijo a si mismo en voz alta. - pero que buena está y eso que se le empiezan a notar los años. Ese michelin no lo conocía, ¿ o no me fije bien ?.- Grace se acerco al coche corriendo con pasos pequeños, los que le permitía el ceñido del vestido.

- Oh, Jaques. Que bien nos lo vamos a pasar. Y que pillín eres, que callado lo tenias. Nueva Niza es tan linda y esta llena de gente importante. ¿ Sabias que casi toda la gente importante pasa sus vacaciones ahí? Me encantaría vivir ahí. Oh. Lo vamos a pasar muy bien, ya veras. ¿De verdad que tenemos que volver el domingo?- Y puso esos morritos de niña mimada que unía a una expresión de enfado pretendiendo mostrar su desacuerdo con la idea. Jaques no la oía. En su mente no había otra cosa que la casa de tía Clarens y en como podía ser esta. Por los datos del fichero parecía bastante grande. ¿ Como sería? ¿ Cuanto podría sacarle cuando se la vendiera?. Lo que si tenia muy claro es que él no podía mantener un módulo-apartamento y una casa por modesta que fuera en el quinto pino. Bueno, primero disfrutémosla con este pendón y luego ya veremos que hacer, pensó. Conducía hacía el aeropuerto por una carretera que rodeaba los suburbios y no estaba automatizada pero que le ahorraba el peaje de rigor, mientras Grace no paraba de hablar y hablar cantando las excelencias de Nueva Niza y sus habitantes más opulentos. Que si patatín, que si patatán. No se dio ni cuenta cuando pasó cerca del espacio-puerto y Grace empezó a hablar de esas naves que surcaban el espacio y del viaje que hizo una vez a la luna de Oceanum, cuando era más joven y bella, acompañando a un cierto amigo, bastante opulento. Su inconsciente le avisó de que se cometía otro ataque a su integridad masculina con ese maldito comentario pero ya estaban llegando a los aledaños del aeropuerto y empezó a buscar sitio.

Ya había perdido más de diez minutos buscando un aparcamiento fuera del parquing del aeropuerto cuando los reprobios de Grace le hicieron decidir por meter el vehículo en el maldito parquing. Quizá era mejor pagar un montón de créditos que seguir aguantándole la bronca. Ya dentro del aeropuerto se dirigieron hacía las taquillas de equipaje para depositar las bolsas de mano, lo que aprovecho Grace para acordarse de ese amigo con el que siempre viajaba a lugares exóticos y que no le dejaba llevar maletas, comprándolo todo en el destino y regalando lo sobrante a los trabajadores de los hoteles. Dentro del avión, pensaba en lo buena que estaba Grace, en lo fabulosa que debía ser la casa y en el montoncito de dinero que sacaría por ella. Al menos esos pensamientos evitaban que la cogiera por el pescuezo y apretara hasta virar el colorete de sus mejillas a un tono más amoratado.

- Jaques, mira por la ventanilla. Que pequeñas son las casas. ¿ Jaques?. Oh, te has dormido. Que falta de consideración, maleducado.- Él no dormía pero al menos era la manera de conseguir que se callara. Jaques meditaba en el infierno interior que debía sufrir Grace. La pobre vivía de su pasado más lejano, cuando se comía el mundo a base de teta y culo. Desde luego, debía ser un trauma para ella el haberse codeado con lo mejorcito y con el paso de los años no haber conseguido un rinconcito en ese mundo de fiestas y grandes celebraciones. Pero una cosa estaba muy clara. Si no se aposento permanentemente al lado de algún ricachón fue debido a su mermada inteligencia y diplomacia. Al poco, se durmió de verdad. A los veinte minutos de vuelo el comandante avisó al pasaje de la inminencia del aterrizaje en Nueva Niza. Jaques se despertó y cuando sus ojos enfocaron vieron la cara de enfado de Grace.

- Eres un maleducado, Jaques. Te has pasado el viaje durmiendo y roncando como un oso. ¿ Que pensaran los demás ?.

- Que piensen lo que quieran. A mi volar me da sueño.- El aparato empezaba a tomar tierra cerca de la terminal y al poco se abrieron las puertas laterales para que bajaran los pasajeros. Jaques no esperó a Grace y empezó el camino sin esperarla pero no le quedo más remedio que hacerlo cuando su nombre resonaba en la cabina como martillos contra la chapa, ayudado por la inquisidora voz de Grace así que decidió esperarla.

- Mierda.- murmuró Jaques para sí mismo cuando entraban en la terminal para recoger sus bolsas de viaje.

- ¿ Que pasa Jaques?.

- Los de la oficina notarial me dijeron que enviarían un paquete a mi casa hoy mismo y con las prisas me olvidé de ello. Bueno, ya lo encontraré a nuestro regreso el domingo por la noche.

- Un paquete. ¿ y que contiene? -

Cosas personales de tía Clarens, me dijeron.

- Bueno, seguro que serán fotos y bisutería barata, Jaques.

- Si. De todas maneras llamaré a casa.- recogieron sus bolsas en la terminal de la compañía aérea y se dirigieron a un teléfono público.

- Que manía tienes con usar los teléfonos públicos, Jaques. Están llenos de gérmenes. Usa el comunicador de pulsera como hace todo el mundo.

- ¿ Pagarás tú la factura, cariño?. Ya sabes a cuanto estas las tarifas móviles.- le dijo antes de entrar en la cabina de teléfono. Jaques marcó su número y el ordenador casero le respondió después de reconocer su voz.

- Buenos días, Jaques. ¿ Necesita algo de mi?.- le dijo el ordenador.

- Sí. ¿ Ha llegado un paquete?.

- Hace diez minutos. Esta en el buzón. - Quiero que lo escanees y me digas su contenido.- el ordenador tardó unos pocos segundos en hacerlo. - Detectó celulosa, o sea papeles, complejos orgánicos e inorgánicos que podrían ser tintas y pequeños objetos metálicos cuya composición es mayoritariamente acero y cuarzo. En menores cantidades hay compuestos orgánicos que pueden ser colas y pegamentos. Y cantidades minúsculas de oro y platino. Grace que había estado pendiente de la conversación le dijo:

- Ya te dije que seria bisutería. No se podía esperar otra cosa.

- Bueno. No me puedo quejar, ¿ no crees?. De repente me he convertido en el propietario de una casa a las afueras de Nueva Niza. Si no me equivoco, solo por el terreno puedo sacar un buen pico.- y le guiño el ojo a Grace a modo de complicidad a lo que ésta respondió con un "buf" de escepticismo.

La pareja se encaminó a la salida del aeropuerto y cogieron un taxi automático. Jaques le dio la dirección al vehículo y éste le avisó del suplemento que debería pagar por ser un destino a las afueras del perímetro metropolitano. Que se le va a hacer, pensó. Ardía en deseos de conocer la finca y ver cuanto podía sacar de ella. El vehículo se colocó en las inmediaciones de la finca de Mrs. Clarens en menos de media hora y el espectáculo que podía ver la pareja desde las ventanillas del coche era decepcionante, desde su punto de vista urbano. Los arbustos invadían la entrada principal de la finca consiguiendo casi bloquear la abertura de la puerta de hierro forjado que conducía al camino de la casa. Por un momento, Jaques creyó que se diluían sus esperanzas de beneficio económico. El vehículo paró justo delante de la puerta, Jaques puso su pulgar en el lector para pagar el importe del viaje y bajaron del coche sin perder de vista el desorden y dejadez que imperaba en la entrada y en la misma calle.

- Jaques, espero no tener que arrepentirme de este fin de semana.- Le dijo en tono amenazador. Él no contestó. Sus pensamientos se habían parado al observar la finca. Cuando pudo reaccionar se decidió a apretar la puerta de hierro para intentar entrar. Después de algunos forcejeos, la puerta se entreabrió lo suficiente entre los arbustos para poder pasar. Al poco de caminar unos metros, en un recodo del camino pudieron ver una vista general de la casa.

- ¿ Jaques?. ¿ Esa es la casa?.

- Pues eso parece, bonita. Y me atrevería a decir que esta construida con madera.- Y sus pensamientos divagaron por el precio que podía alcanzar la verdadera madera en Oceanum, que no disponía de ella en grandes cantidades. Parecía como si el constructor hubiera querido reconstruir el estilo que imperaba en la zona civilizada de la madre Tierra durante el siglo diecinueve o dieciocho, más o menos. Jaques no era experto en historia antigua y no era capaz de ubicar ese estilo pero de algo no había dudas. Tía Clarens estaba chapada a la antigua. Cuando llegaron a la misma puerta y pudieron contemplarla en todos sus detalles, la casa daba la impresión de ser como un ente propio, alejado años luz de las construcciones modernas, con sus propias vivencias y con el pasado marcado en sus paredes. El tiempo y las inclemencias habían deteriorado la pintura y se podía observar alguna grieta en la madera, así como alguna contraventana caída. A pesar de no conocer bien este estilo de vivienda, Jaques podía deducir que su tía no había cuidado demasiado el aspecto de la casa en los últimos años y ésta iba notando el paso del tiempo.

- Jaques. ¿ Hemos de entrar ahí?. ¿ Seguro ?.- La voz de Grace había perdido parte de su seguridad y ésta miraba la casa con miradas dudosas.

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