Recortes de prensa y noticias de jardines  

Jardines de Barcelona


Portada de Ciberjob Historico de noticias de los Jardines de Barcelona Para escribirnos

viernes, febrero 27, 2004 :::
 
Fuente: La Vanguardia
Fecha: 27-2-04


Barcelona ganará 40 hectáreas de verde antesdel año 2007


BARCELONA. Redacción

De aquí al 2007, Barcelona estrenará 40 hectáreas de zonas verdes, una superficie equivalente a la de 40 manzanas del Eixample. Éste es el aspecto más destacado del plan de actuación de Parques y Jardines para el presente mandato municipal en el que se invertirán 40 millones de euros.

Algo más de la mitad de este verde de nueva creación –unas 21 hectáreas– corresponde al parque lineal que se construirá sobre las vías en Sant Andreu-Sagrera, cuyo calendario aún no se ha fijado porque depende de las obras de la alta velocidad, que ejecutará una sociedad participada por el Ayuntamiento, la Generalitat y el Gobierno. El resto de verde urbano por estrenar está formado por los jardines del Sepu, la manzana Philips, el parque de Bederrida, Torre Vilana, el ajardinamiento sobre la cochera de Horta, la avenida Garcia Faria y el parque de los Auditoris.

El plan incluye, como segunda gran actuación, la rehabilitación integral de doce parques (Joan Miró, Laberint d'Horta, Turó de la Peira, Guinardó, Turó de Monterols, Ciutadella, Pedralbes, Costa i Llobera, Verdaguer, Pegaso, Aigües y el Park Güell) y la eliminación de barreras arquitectónicas en otros nueve. Otras actuaciones previstas son la adecuación de 200 zonas de juego infantiles a las recomendaciones de la UE y la creación de otras accesibles; la apertura de dos nuevas áreas de recreo para perros por distrito; la reintroducción de fauna autóctona o la mejora del arbolado viario.


::: Noticia generada a las 9:45 PM


sábado, febrero 21, 2004 :::
 
Fuente: El País
Fecha:17-2-04
Autor: J.Utrera


Jardines de Barcelona

Un libro del arquitecto Miquel Vidal recorre la historia de la ciudad a través de sus parques y jardines

Los parques y jardines de Barcelona son un claro exponente del lema mejorar el interior y dignificar la periferia que caló hondo durante los años en que el arquitecto Oriol Bohigas llevó las riendas del urbanismo municipal. Así opina el también arquitecto Miquel Vidal Pla, autor del libro Jardins de Barcelona, presentado el pasado miércoles en el hivernacle de la Ciutadella, el parque barcelonés por excelencia. Recrea los escenarios de aquella ciudad de los prodigios y de la Renaixença que se forjó entre las dos dos exposiciones universales que marcaron su desarrollo. El Turó Park, el Parc Güell y el jardín de la Universidad son algunos de los exponentes de aquella época. No oculta su predilección por el Laberint d'Horta, iniciado en 1791, porque permite relacionar un jardín de Barcelona con las grandes corrientes de los jardines europeos, algo nada habitual. De los jardines de "última generación" destaca Vidal el de Diagonal Mar, diseñado por Enric Miralles, por su "creatividad sin límites".

Vidal considera justificado el entusiasmo que los parques y jardines barceloneses despiertan en los visitantes. Para entender la constelación de plazas, paseos y jardines que surgieron con los ayuntamientos democráticos hay que hacerlo, según señala, "en clave política". De los parques nacidos con voluntad de "coser diferentes fragmentos del territorio" destaca el Parc Central de Nou Barris. Carme Fillol y Enric Franch, redactores del proyecto, utilizan un lenguaje "esteticista" que transforma los objetos cotidianos en "casi esculturas", según Vidal. A los enormes triángulos de madera que despuntan en el Parque de Nou Barris se les conoce popularmente como "las peinetas".

Pero los jardines también han tenido un periodo gris. La teniente de alcalde Imma Mayol, se refirió a ellos. Es el periodo que siguió a la Guerra Civil y a la larguísima posguerra pese a que, según Mayol, algunos de los parques que se conservaron actuaron de bálsamo para muchas personas.

La historia de la ciudad ha dejado su huella en los espacios verdes tanto en los mejores momentos como en los peores: antiguos acuartelamientos militares de triste recuerdo dieron lugar a grandes parques en la Ciutadella y en Montjuïc. No faltan jardines que expresan "la intensidad de la rauxa barcelonesa". El principal exponente lo sitúa Miquel Vidal en los originales jardines que el doctor Altimira mandó construir en su finca del paseo de la Bonanova. Según lo poco que se conserva de ellos y gracias a las descripciones literarias, lo más atractivo del jardín de Can n'Altimira eran "las galerías y grutas subterráneas que formaban un mundo secreto y vinculaba el jardín a la casa de una forma atípica". A través de las grutas se filtraba la luz de la luna a la parte del jardín que se sumergía en la tierra invitando "al sueño y a la evasión".

Al referirse a los jardines de Barcelona es obligado recordar al paisajista Rubió i Tudurí, alumno aventajado del gran Forestier. Dejó pruebas evidentes de su talento en el Turó Park, en el Parc de la Ciutadella y en muchos otros enclaves. Lugar preeminente ocupan también los jardines de cactus y plantas exóticas de Mossèn Costa i Llobera. El microclima de la ladera más soleada de Montjuic, donde está situado, unido a la proximidad del mar que suaviza las temperaturas, le convierten en un jardín temático de gran valor.

Miquel Vidal elogió el trabajo realizado por el fotografo Miquel Tres, así como la colaboración del catedrático Jordi Aguilà, responsable de los capítulos sobre vegetación y botánica. Entre los tres han confeccionado una publicación que anima a revisitar los jardines de Barcelona con una mirada distinta.




::: Noticia generada a las 6:37 PM


lunes, febrero 16, 2004 :::
 
Fuente: La Vanguardia
Fecha:16-2-04
Autora: Núria Escur


El dedo de Colón

Secretos de algunos jardines
Si pusiéramos en fila todos los árboles de Barcelona, podríamos caminar bajo su sombra hasta Huelva

En palabras de su alcalde, Barcelona es la ciudad con más árboles de toda Europa. Si los pusiéramos todos en fila, a la distancia habitual, podríamos caminar bajo su sombra hasta Huelva. Tenemos más de 152.000 árboles en calles y plazas, más de 70 jardines, más de mil hectáreas...

Éstas y otras cifras se facilitaron en el Hivernacle del parque de la Ciutadella, escenario de la presentación del libro “Jardins de Barcelona” (Ed. Àmbit) por parte de la tercera teniente de alcalde, Imma Mayol. Ella –también presidenta del Institut Municipal de Parcs i Jardins– inició su intervención con un homenaje “a todas esas personas anónimas que cuidan los jardines día a día y todos olvidan en la inauguración”.

El doctor en Arquitectura Miquel Vidal, autor del libro, lo presentó como “un tripartito antes del tripartito” (el fotógrafo Miquel Tres, el catedrático J. F. Aguilà, y él mismo) y vinculó la vida de los jardines barceloneses a las políticas del momento: “Cuando la ciudad ha estado bien gobernada los jardines han estado vivos, y viceversa”. Vidal y el fotógrafo pasaron el mes de julio, por poner un ejemplo, pateándose cincuenta jardines, realizando más de mil fotos. No eran jardines ingleses –“porque no tenemos tradición de nobleza sino de burguesía”–, pero han conseguido ser conocidos internacionalmente.

Para Vidal, pocos lugares del mundo tienen la misma calidad de espacio en su centro que en la periferia: “Barcelona es única. Puedes encontrar en Nou Barris un jardín con la misma calidad que uno de la Diagonal”. De las últimas intervenciones resaltó como modelo el parque de Diagonal Mar. Todo en la más pura línea de Oriol Bohigas cuando dijo aquello de “mejorar el interior y dignificar la periferia”.

Hubo palabras para el maestrazgo de Forestier, el urbanismo científico de Cerdà o la labor de Rubió i Tudurí y para el catedrático Aguilà: “En ningún otro libro de jardines se encuentran las explicaciones que él nos proporcionó, los mecanismos de la belleza, esa es su diferencia radical”.

Hicieron hincapié en la necesidad de promocionar el “paisajismo sostenible”, el jardín como la más íntima muestra de libertad urbana, el rincón intergeneracional, en fin, la cultura del mantenimiento a la que, por cierto, Mayol dijo que en los próximos cuatro años se dedicarán 250 millones de euros.

La OMS recomienda que todo ciudadano tenga un espacio verde a cinco minutos de su casa. Según Imma Mayol, en Barcelona sólo quedan tres zonas con esa asignatura pendiente: Barri Gòtic, una parte de Poblenou y otra de Gràcia.

Evocaron el primer jardín público reconocido de Barcelona, el jardín del General, y descubrieron joyas ocultas como el jardín de Ca n'Altimira, que tenía un subterráneo con grutas incluidas –rincón vinculado al placer que no gustó nada a la institución religiosa de quien acabó siendo la finca– y que su propietario, el doctor Josep Altimira, hizo construir con puente colgante incluido.

::: Noticia generada a las 10:23 PM


lunes, febrero 02, 2004 :::
 
Fuente: El País
Fecha: 1-2-04
Autora: Ester Riu


Un oasis escondido en la Zona Franca

Barcelona recuperará el frondoso jardín de 22.000 metros cuadrados del interior de manzana de la antigua fábrica Philips



Barcelona

Muy poca gente sabe que en un interior de manzana del paseo de la Zona Franca de Barcelona se esconde un magnífico jardín de más de 22.000 metros cuadros de superficie. En realidad, esta amplísima zona verde existe desde principios de la década de 1960 y lleva más de cinco años abandonada. Se trata del Jardín de los Derechos Humanos y está situado en el interior de la antigua fábrica de Lámparas Z de Philips. Ahora, el Ayuntamiento de Barcelona ha decidido recuperar este particular oasis verde al mismo tiempo que restaura el edificio de la fábrica para construir equipamientos para el barrio de La Marina.

La historia del jardín no deja de ser singular. Lo diseñó en 1960 la señora Van der Harst, de nacionalidad holandesa y esposa de quien entonces era director de la fábrica, para que los trabajadores pudieran disfrutar de él en los descansos e incluso en sus días libres. Paisajista de profesión, Van der Harst -ya fallecida- sabía lo que se hacía y decidió plantar hasta 60 especies distintas de plantas y árboles en este espacio. Además, también hizo construir un pequeño lago con peces y una pequeña pista de patinaje.

"Cuando lo vi por primera vez no podía creer que existiera un jardín de estas características en la Zona Franca", cuenta Teresa Casasayas, profesora de la escuela de jardinería IES Rubió Tudurí de Barcelona y encargada de la catalogación de todas las especies. Cuando los técnicos del distrito de Sants-Montjuïc terminen dentro de dos o tres meses la redacción definitiva del proyecto del jardín, los alumnos de la escuela se harán cargo de su restauración. Este centro de formación profesional especializado en jardinería fue la primera escuela de estas características de toda España. La fundó en 1933 Nicolau Maria Rubió Tudurí, quien durante muchos años fue jefe del servicio de Parques y Jardines de Barcelona.

Casasayas cree que el hecho de que el jardín haya permanecido abandonado desde que Philips decidió trasladar su fábrica, a finales de 1999, ha sido incluso bueno para las plantas y árboles. "Se ha creado como un microclima y las plantas han podido crecer de manera natural", añade. En este jardín se encuentran, agrega la profesora, los ejemplares más grandes de algunas especies en Barcelona. Uno de ellos es un impresionante cactus que ha crecido pegado al edificio de la fábrica, que tras su reforma albergará una biblioteca y un ambulatorio; y otro, un espectacular ombú australiano de casi 30 metros de altura. Casasayas destaca que en este espacio de más de 22.000 metros cuadrados hay especies de todos los continentes.

Una de las personas que conocen bien el jardín es Ernest Sebastià, director gerente de Catalana d'Espais Verds, una empresa dedicada a la jardinería. Sebastià se encargó de su mantenimiento durante 20 años y coincide con Casasayas a la hora de alabar el diseño y la elección de especies que hizo la señora Van der Harst. Sebastià cree que el hecho de que el suelo sea muy fértil ha sido determinante para que todas las especies hayan sobrevivido al paso del tiempo. "Antes de que vinieran las fábricas, esta zona era lo que podríamos llamar la verdulería de Barcelona porque estaba llena de huertos" señala el experto.

Sebastià todavía recuerda cómo los trabajadores de la fábrica hacían uso del jardín durante los descansos. Éste estaba dividido en distintas zonas: árboles frutales, zona boscosa, arbustos, lago y pista de patinaje, entre otros. Además, todavía quedan restos de los caminos hechos con piedras en toda la superficie para ir paseando por cada rincón del jardín. "Algunos trabajadores incluso venían a pasar aquí los domingos con sus hijos, igual que el matrimonio Van der Harst", comenta Sebastià.

Los técnicos del distrito todavía están trabajando en el proyecto de recuperación del jardín. Hace un año se decidió bautizar a esta zona verde como Jardín de los Derechos Humanos en honor a la declaración de 1948 de la Organización de Naciones Unidas del mismo nombre. Por ello, los encargados del proyecto están pensando en que el paseo por el interior del jardín se convierta en un recorrido por los distintos artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos.



::: Noticia generada a las 6:45 PM




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