domingo, marzo 28, 2004 :::
Fuente: La Vanguardia
Fecha: 28-3-04
Autor:
Jardín de esculturas en el Poble Espanyol
Barcelona
El recinto del Poble Espanyol en Montjuïc cuenta desde ayer con un nuevo espacio al aire libre, el jardín de esculturas, en el que se exponen 22 obras de gran formato de diferentes artistas contemporáneos. La colección pertenece a la fundación de arte contemporáneo Fran Daurel, que se encuentra ubicada en el mismo recinto del Poble Espanyol y que ha ampliado su colección permanente con 27 obras de 20 artistas. De esta forma, el Poble Espanyol recupera 3.000 metros cuadrados de zona boscosa, que se convierten en su primer espacio verde. Al visitante se le ofrece así la posibilidad de pasear lejos de la ciudad y el asfalto, rodeado de figuras de gran formato, de hierro o mármol.
Durante meses la fundación ha trabajado a toda marcha en el acondicionamiento del desmonte de montaña que iba desde el mismo recinto del Poble Espanyol hasta la avenida Marquès de Comillas, tan sólo a cuatro pasos del pabellón Mies van der Rohe. La idea era crear otro jardín de esculturas en Montjuïc, ya que junto a la Fundació Miró existe otra zona verde inaugurada hace un par de años. El nuevo jardín dedicado a las obras de arte será algo más extenso, aunque el terreno sea más accidentado, y contiene una gran variedad de obras escultóricas. A la inauguración del espacio verde acudió el alcalde de Barcelona, Joan Clos.
::: Noticia generada a las 4:47 PM
sábado, marzo 27, 2004 :::
Fuente: La Vanguardia
Fecha: 27-3-04
Autor: Lluís Permanyer
De palacio del Laberint a hotel
Violentar este espacio museístico constituiría una equivocación monumental e irreparable
Hará cosa de un par de años que Margarita Rubió me alertó de que el palacete de los marqueses de Alfarràs, en el parque del Laberint, podía ser convertido en un hotel. Era cierto, pero no era menos cierto que se trataba de un indicio leve, pues la cosa quedó en un puro deseo.
De hecho, un par de años antes ya hubo también un intento semejante, aunque mucho más razonable. En efecto, una parte del edificio tenía que ser rehabilitada para situar allí servicios de Parcs i Jardins, puesto que durante un tiempo ya había ocupado aquel lugar. Era un destino lógico, adecuado y que encajaba a la perfección con el lugar. De ahí que en algún momento se considerara la idea de reconvertir una antigua masía lindante en restaurante, con el fin de destinar todo el dinero obtenido con tal explotación a sufragar la restauración de aquel palacete neoárabe de los antiguos propietarios y creadores del parque del Laberint.
Ahora las noticias que circulan sobre el destino inmediato que aguarda al citado palacete son deprimentes, al confirmarse el temor que últimamente circulaba sobre la instalación en aquel edificio noble de un hotel de lujo vinculado a la cadena Relais Chateau. Es inaceptable que se utilice en tal sentido el patrimonio municipal, pero en este caso es aún más grave, puesto que semejante transformación supondrá un cambio que contaminará un espacio museístico de primer orden como el parque del Laberint. Los coches, los autocares, el trajín propio de la explotación, etcétera; pero además el parque se convertirá, de hecho, en un espacio vinculado a los intereses del hotel. No hemos de olvidar que a raíz de la última restauración del espacio ajardinado se optó por hacer pagar entrada (así se hace desde antiguo en Europa), como un medio que filtrara los visitantes y les hiciera comprender que era un museo, que exigía ser respetado.
Hay un caso que tiene una cierta relación con éste, como es el de Miramar; aunque median diferencias notables. El edificio que en su día había proyectado el arquitecto Ramon Reventós no tenía el menor interés y había sido mutilado. Los jardines fronteros seguirán siendo públicos, al enlazar con esa puerta y camino ascendentes que ya proyectó Forestier, encarados a la zona portuaria. De hecho, tales jardines resultarán más aquietados gracias a un túnel que ha librado el lugar de coches y del estacionamiento de autocares.
Abrigo la esperanza de que toda esta historia del parque del Laberint se quede en un globo sonda y que el Ayuntamiento se percate de que no puede hacernos una faena de tal calibre. El hecho de que no sepa a ciencia cierta qué destino darle no ha de implicar semejante aberración. Mejor sería solicitar asesoramiento a alguien imaginativo al tiempo que razonable, en vez de caer siempre en la tentación de ir en pos de rentabilizar así el patrimonio. Esa política de “fer calaix”, que tanto recuerda el estilo del Senyor Esteve, no encaja con la gran y moderna ciudad de nuestros días.
::: Noticia generada a las 12:43 PM
jueves, marzo 25, 2004 :::
Fuente: El Periodico de Catalunya
Fecha: 23-3-04
Autor: Antonio Madridejos
PLAN PARA POTENCIAR LA BIODIVERSIDAD URBANA
Los grandes estanques de BCN tendrán patos salvajes
Diagonal Mar estrena colonias y pronto le seguirán la Ciutadella y Nou Barris
BARCELONA
Todos los grandes estanques de Barcelona acogerán colonias de patos salvajes de especies autóctonas --nada de ocas domésticas abandonadas por los vecinos, como sucedía hasta ahora-- dentro de un programa municipal destinado a impulsar la biodiversidad en la ciudad. La prueba piloto en los parques de la Pegaso y la Espanya Industrial ha sido tan positiva, según destacó ayer la concejala Imma Mayol, que el ayuntamiento se ha atrevido a repetir la experiencia en Diagonal Mar y pronto lo hará en el estanque de la Ciutadella y en el parque central de Nou Barris.
Ayer por la mañana, los primeros patos colorados se zambulleron en el lago de Diagonal Mar ante la mirada curiosa de los imponentes cisnes, media docena, también llegados recientemente. Lo que se pretende, según palabras de Mayol, es la "naturalización de los parques", es decir, la creación de pequeños ecosistemas bastante autónomos. El primer paso fue la suelta de halcones. ¿El próximo? Quizá las ardillas.
PROBLEMA DE SUCIEDAD
La liberación de patos salvajes supondrá la captura de los gansos y cruces domésticos que viven medio asilvestrados en varios parques y que se han convertido en un incordio, un verdadero problema de suciedad. En la Pegaso, por ejemplo, llegó a haber un centenar. Como no pueden volar y no entienden de superpoblación, "acaban masificándose", explicó Mayol. En cambio, los patos salvajes son más sibaritas --no comen de todo--: "Si hay muchos, acabarán emigrando", dice Artur Degollada, responsable de Ecoima, la ONG que gestiona las repoblaciones.
El programa municipal también espera frenar la liberación irresponsable de especies exóticas, como peces y tortugas tropicales, que compiten con la maltrecha biodiversidad urbana. Si todo va bien, en unos pocos años habrá en Barcelona ánades frisos, azulones y rabudos, porrones moñudos o fochas, entre otras especies típicas de zonas acuáticas.
::: Noticia generada a las 8:13 PM