lunes, julio 26, 2004 :::
Fuente: La Razón Digital
Fecha: 26-7-04
Autora: Paula Poveda
Las «joyas» desconocidas del Canal
Sus instalaciones centrales atesoran más de 600 especies vegetales
Más de seiscientas especies vegetales crecen en las instalaciones centrales del Canal de Isabel II en pleno centro de la capital. En estos jardines también se conservan algunas especies árboreas curiosas como pinos carrasco y piñonero, cedros del Himalaya y del Átlas, perales de Callery y manzanos de flores púrpura, que a pesar de ser muy comunes, es difícil que se encuentren correctamente adaptadas a zonas urbanas.
Madrid- El Canal de Isabel II conserva en sus jardines especies arbóreas y vegetales de muy difícil localización en otros parques de la capital. La principal zona de conservación de especies se encuentra en las zonas verdes de la sede central de la empresa, un conjunto en forma de trapecio situado entre las calles de Bravo Murillo, Abascal, Santa Engracia y Ríos Rosas, en las que gracias a las diferentes orientaciones de estos jardines permiten disponer de hasta un total de 385 especies vegetales y arbóreas que no se pueden localizar fácilmente en otras áreas verdes de la ciudad, como, por ejemplo, el peral de Callery, el manzano de flores púrpura o el magnolio de Próctor. Además, estas especies conviven con otras que, siendo comunes, es difícil que se encuentren adaptadas a una zona urbana como la que ocupan las instalaciones del canal junto al actual estadio de Vallehermoso. Algunas de estas especies son la conocida encina, el alcornoque o el algarrobo; además, en estas zonas verdes también se conservan unos soberbios ejemplares casi centenarios de pino carrasco, pino piñonero, cedro del Himalaya y cedro del Atlas. Las oficinas centrales del Canal de Isabel II albergan el primer depósito de agua que se construyó para abastecer a Madrid y que hoy en día siguen en pleno funcionamiento, así como el famoso depósito elevado convertido actualmente en sala de exposiciones. Es precisamente este depósito el elemento central y articulador de todos los jardines de este entorno. Entrando por la calle Santa Engracia, bajo el «arco» del acceso principal al recinto y caminando hacia el oeste nos encontramos con el Jardín del Estanque, de ordenación cuartipartita en torno a una fuentecilla central. La zona se rodea de vegetación arbórea, también delante de la fachada del edificio de oficinas, con encinas y magnolias. Tras el jardincillo del estanque o fuente, hay una alineación de morenas, dando a la escalinata de la calle José Abascal. A la derecha de la entrada principal se encuentra el Jardín del Depósito Elevado, dispuesto a modo de pequeña ágora en torno a la torre, disponiendode un anillo perimetral de gradas adoquinadas rodeadas de césped. Desde el Jardín del Estanque, y otra vez hacia el oeste llegamos al jardín de los castaños, llamado así por los castaños de indias que allí crecen. Sobre los taludes hacia las calles Abascal y Bravo Murillo se dispone otra zona de césped y vegetación salpicada de árboles de sombra, coníferas y diversos arbustos. Bajando por una escalinata accedemos al jardín de Bravo Murillo, que es una especie de camino de ronda ajardinado del Depósito Mayor. Al fondo, al llegar al lado norte encontramos el último de los jardines conocido como «de Rocalla». En Madrid, aparte de este enclave natural, hay otros espacios naturales que sobresalen por la singularidad de sus especies. El embalse de Riosequillo, enclavado en la sierra madrileña e inaugurado en 1958 ocupa una superficie de 326 hectáreas. En este paisaje se pueden reconocer especies vegetales en un bosque de densidad media, mayoritariamente en forma de dehesa, pastos, dehesas de fresnos y encinar arbóreo y arbustivo con ejemplos dispersos que se suelen ubicar, en los afloramientos rocosos. Además, todas estas especies rodean un área recreativa con piscinas.
::: Noticia generada a las 10:10 AM