sábado, marzo 04, 2006 :::
 

Fuente: Gaceta Local.es
Fecha: 9/15-2-06

Chamartin

Reducto paisajístico singular con 150 olivares centenarios
Máxima protección urbanística para el Olivar de Chamartín

Uno de los últimos reductos agrícolas en plena trama urbana, el Olivar de Chamartín, disfrutará de la máxima protección urbanística. Se trata de un reducto paisajístico singular que conserva un antiguo olivar con ciento cincuenta ejemplares centenarios, de los cuales unos treinta pueden sobrepasar los cuatrocientos años. Además, la finca alberga árboles frutales, especies propias de la Sierra del Guadarrama, y uno de los ejemplares de madroño más antiguos de Madrid.

Para garantizar la protección de este espacio, se ha aprobado la modificación del Plan General que incluirá este Olivar en el Catálogo de Parques Históricos y Jardines de Interés. El proyecto de modificación del Plan General también alcanza a las tres edificaciones existentes en el Olivar que hasta el momento no gozan de protección y que pasarán así a formar parte del Catálogo de Edificios Protegidos. Estos edificios son la antigua vivienda de Ramón Menéndez Pidal, hoy sede de la Fundación Menéndez Pidal, que actualmente pertenece a la Fundación Areces; la sede de la Fundación Castillejos y una edificación más que pertenece a la familia Castillejos-Claramunt.

El Olivar de Chamartín, con una superficie de 14.421 metros cuadrados, está situado entre las calles Menéndez Pidal, Henri Dunant, Padre Damián y Alberto Alcocer. A la importancia derivada de la existencia de olivos centenarios, se añade el haber sido escenario de distintas iniciativas culturales, científicas y humanísticas impulsadas por Ramón Menéndez Pidal e intelectuales como Dámaso Alonso, que también tuvo casa en el Olivar.


Tres parcelas
Actualmente el Olivar está dividido en tres parcelas. En la ubicada al oeste se encuentra la Fundación Castillejos, calificada en la actualidad como dotacional en su clase de Equipamiento Privado Cultural y sin ningún nivel de protección. La situada en el centro es propiedad de la familia Castillejos, y la del extremo noreste acoge la Fundación Menéndez Pidal, que alberga los archivos y biblioteca personal del erudito. Estas dos últimas son construcciones típicas de la burguesía intelectual de primeros del siglo XX y figuran en el Plan General como viviendas unifamiliares, también sin catalogar.

Para la vivienda de Ramón Menéndez Pidal, dedicada a la fundación del mismo nombre, el proyecto de modificación del Plan General propone calificarla como Equipamiento Privado Cultural y catalogarla con el nivel 1 grado integral de protección. Para el edificio de la Fundación Castillejos, propone el nivel 2 grado estructural de protección y su mantenimiento como Equipamiento Privado Cultural y para el edificio propiedad de la familia Castillejos propone el nivel 2 grado estructural de protección y la calificación de Equipamiento Privado Cultural.

Un lugar de encuentro
Fue José Castillejos quien compró una parte del olivar en 1917 y compartió su propiedad con sus colegas y amigos como Menéndez Pidal, que acomodó en su vivienda su famoso Archivo del Romancero Pan-hispánico, o Dámaso Alonso, y científicos como Ignacio Bolívar, director del Museo Nacional de Ciencias Naturales, o Luis Lozano, catedrático de ictiología y piscicultura. Allí recalaron intelectuales y artistas que hicieron del lugar un espacio de encuentro y debate.

Hasta la Guerra Civil, el Olivar estuvo alejado de la ciudad, ya que Madrid acababa en el antiguo hipódromo, lugar que ocupan hoy los Nuevos Ministerios

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