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lunes, febrero 24, 2003 :::
 
La guerra contra Irak destruiría tesoros de incalculable valor
En el país hay 10.000 lugares arqueológicos y ciudades históricas

Fuente:Diario de avisos.com
Fecha:24-2-03
Autora: Daniela Schmitz

Cuando se habla de la crisis iraquí, se teme sobre todo las consecuencias posibles del empleo de armas de destrucción masiva y el sufrimiento humano que podrían provocar los bombardeos. Sin embargo, a menudo se olvida que esta tierra irrigada por el Tigris y el Eufrates alberga tesoros culturales de incalculable valor.

Hamburgo

"Irak, sede de una de las culturas más antiguas del mundo, posee numerosos monumentos que van desde la prehistoria hasta el siglo XIV de nuestra era", afirma la catedrática alemana Barbara Finster, del Instituto de Arte Islámico y Arqueología de la Universidad de Bamberg.
Una visita a Bagdad, Basora, Babilonia y Mosul permite una mirada única en el espejo de la historia. Los conservadores del museo nacional iraquí, en Bagdad, han comenzado ya a recoger las piezas principales, ante la amenaza de una guerra.
"El museo, que alberga la colección más hermosa de antigüedades de Mesopotamia, está situado frente a una emisora de televisión, que en caso de guerra será blanco de ataques", señala un científico especializado en arte de Cercano Oriente.
Recuerda que, en 1991, un misil erró el blanco e impactó en el museo. Durante el caos de la guerra y el posterior al conflicto, fueron desvalijados tesoros del museo, que hace un año volvió a abrir sus puertas. "En las vitrinas se puede ver estatuas, objetos hallados en tumbas, tablas de caracteres cuneiformes y sellos".
En una de las salas se puede ver las poderosas figuras de los toros y los frescos de los asirios, explica el científico. También hay reproducciones en bronce de animales, así como collares, anillos y piezas en oro.
Bagdad no es el centro de la cultura iraquí, apunta Margarethe van Ess, directora del departamento de Bagdad del Instituto Arqueológico Alemán. "Los tesoroso más relevantes se encuentran en Babilonia y alrededores", afirma.
Babilonia -a 90 kilómetros al sur de Bagdad- fue capital de los reyes Hammurabi (1728-1686 a.C.) y Nabucodonosor (605-562 a.C.), y allí se encuentran los testimonios históricos más significativos de las primeras civilizaciones. Durante casi 15 siglos, Babilonia fue el centro de la cultura y la sede administrativa de los amoritas desde 1850 aC.
En la época griega y romana, no sólo las murallas de Babilonia se hicieron famosas. Sus Jardines Colgantes eran considerados entonces como una de las siete maravillas del mundo.
Un bombardeo en Babilonia, dice Van Ess, podría afectar la calle procesional recubierta de losetas que va desde el Templo de Marduk al Palacio Real y que une los santuarios con los palacios. Al Oeste de esta calle se encuentran las ruinas del Palacio Sur, donde presumiblemente se encuentran restos de los Jardines Colgantes. Más al norte se encuentran las ruinas del palacio principal de ladrillo y yeso de Nabucodonosor.
"Se perderían los hallazgos de las excavaciones geológicas en Ur, como las tumbas reales, o las ruinas del palacio sumerio en Uruk", agrega otro arqueólogo que conoce el terreno.
También se podrían ver afectados el palacio de los califas del Siglo IX y una de las mezquitas más grandes del mundo, la de Samarra, a unos 100 kilómetros al norte de Bagdad.
Los expertos calculan que en Irak hay 10.000 lugares arqueológicos y ciudades históricas y que la mayoría de estos sitios no han sido investigados.
La ciudad de Hatra, de la época de los partos (del siglo I al III de nuestra era), ha sido declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Se encuentra a unos 90 kilómetros al suroeste de Bagdad y en su época de apogeo fue centro de arquitectos, escultores, artesanos del metal y de fabricantes de armas.
Lo que fue una ciudad comercial está marcada hoy por restos de fortalezas, un sector de templos con construcciones y esculturas de una cultura árabe con influencia romana, griega y oriental, explica Van Ess.
Los daños a los bienes culturales durante la Guerra del Golfo en 1991 fueron más bien reducidos, dice la arqueóloga: "En la ciudad de Ur, considerada la ciudad donde nació Abraham, cayeron bombas en el recinto del templo. Y algunas construcciones históricas en Bagdad y en la ciudad portuaria de Basora fueron alcanzadas por esquirlas de bombas".
En opinión de Van Ess, más dañinas han sido las consecuencias de los años de sanciones. "Bandidos a la caza de tesoros saquearon no sólo los museos regionales del país, sino que robaron a gran escala en las excavaciones", señaló.
Otro de los expertos apunta que tampoco hay que pasar por alto la política de edificación del presidente iraquí, Saddam Hussein, que sistemáticamente ha destruido zonas de valor para construir sus ostentosos palacios.


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miércoles, febrero 19, 2003 :::
 
Denis Lawrence Kurutz, arquitecto paisajista

Fuente: El País
Fecha: 18-2-03

Ha muerto Denis Lawrence Kurutz, el arquitecto paisajista que recreó para el Museo J. Paul Getty original, en Malibú, las fuentes y el diseño de los jardines de una hacienda en la antigua Herculano, destruida por la erupción del Vesubio en el año 79 después de Cristo. Tenía 61 años y murió el día 12 en el Hospital Universitario de USC a causa de una complicación después de un trasplante de pulmón. Padecía de fibrosis pulmonar.

Nativo de Cleveland, Kurutz se trasladó a California del Sur con su familia cuando todavía era un niño. Sirvió en el Ejército en Alemania antes de terminar sus estudios de arquitectura paisajística en la USC, donde fue protegido del profesor Emmet L. Wemple. Cuando Wemple fundó su propia empresa de diseño de jardines en 1968, Kurutz se convirtió en socio fundador. Dos décadas después, Kurutz fundó su propia compañía, Denis L. Kurutz and Associates, con sede en Pasadena.

Conocida ahora como Getty Villa, el antiguo complejo Getty de Malibú ha estado cerrado durante estos últimos años debido a las obras de renovación. Kurutz estaba trabajando en la restauración de los terrenos. Cuando se inauguró la villa en 1974, tanto Kurutz como la empresa para la que trabajaba en ese momento, Emmet L. Wemple and Associates de Los Ángeles, recibieron un premio nacional de paisajismo gracias a su trabajo.

Con el propósito de poder recrear los jardines destruidos de la villa romana de Los Papiros, construida hace más de dos milenios, Kurutz viajó a Italia para investigar la flora de la época, así como los diseños más probables de fuentes y baldosas. También ahondó en la historia y el arte antiguos.

En 1987, Kurutz, entonces vicepresidente de la empresa Wemple, actuó como director del diseño paisajístico del Getty en Brentwood cuando se plantaron y robustecieron miles de árboles y de plantas autóctonas de California en el solar antes de llevar a cabo la construcción. Señaló que una cuidadosa utilización de los sicomoros o falsos plátanos nativos, robles, pinos, matorral espinoso y otras plantas no sólo resultaría estética y educativa para los visitantes de todo el mundo, sino que también reduciría al mínimo la erosión y los riesgos de incendios.

A lo largo de sus 35 años de carrera, trabajó en proyectos de jardinería ornamental para la Embajada de Estados Unidos en Japón, el parque nacional Rey Fahad en Arabia Saudí, el Gran Hotel MGM en Las Vegas y el parque nacional Joshua Tree. También decoró parques temáticos y fincas privadas, actuando como asesor durante mucho tiempo de Six Flags Magic Mountain y Knott's Berry Farm. Kurutz ganó premios de la Sociedad Americana de Arquitectos Paisajistas por su trabajo en tres proyectos: la restauración de la Residencia de los Trabajadores en la Ciudad de la Industria, la finca Einstein, en Brentwood, y el Campamento Snoopy para el centro comercial Mall of America en Minnesota.




La Historia, a través de las construcciones singulares

Fuente:El Di@rio Montañés
Fecha: 18-2-03

El jardín ha sido desde que comienza la historia un lugar de especial relación del hombre con la naturaleza. Es posible que en la prehistoria el jardín no jugase un papel especial, pero es seguro que desde que comienza la historia, es decir, los documentos escritos, cuando estos son ya producto especial y uno de los primeros frutos de las incipientes y primitivas ciudades, el mismo hecho de que el hombre pasase a ser un ciudadano conllevó un alejamiento de la naturaleza que le incitó a forjar los primeros jardines, ya entonces famosos en algunos casos, como es el de los míticos de Babilonia.

Es decir, civilización, historia, escritura y jardines parecen ser caras o facetas de una especial concepción del mundo, de un sistema de relaciones peculiar que, en un sentido amplio y etimológico, pudiera denominarse político.

El Creciente Fértil, los egipcios, griegos y romanos supieron disfrutar de esa naturaleza domesticada y miniaturizada, un disfrute que decayó durante el Medievo, aunque nunca llegara a desaparecer, como atestiguan múltiples textos literarios, que sitúan en los edénicos lugares muchas aventuras y desdichas amorosas. Aunque este trabajo del profesor Aníbarro cita indirectamente algunos de estos valores, su obra se centra en el jardín en la modernidad, es decir, el que se crea desde el Renacimiento y se plantea como la otra arquitectura, la composición exterior que sirve de complemento, disfrute y prestigio a los interiores.

Por razones obvias de extensión, la mayor parte de estos jardines no se encuentran ubicados en las ciudades, ahogadas por las murallas y congestionadas por una población activa y deseosa de protegerse, sino en sus cercanías, en las villas, dignificándolas y otorgándoles el aire señorial que prestigiaba a su dueño.

Sobre sus vínculos con la arquitectura sentó un precedente claro y manifiesto Alberti en 'De Re Aedificatoria', y sin embargo ha sido poco estudiado dentro de la profesión arquitectónica, a pesar del enorme valor y prestigio que su construcción mereció a algunos notables, como a Le Nôtre por Versalles. Tanto como en el edificio, en el jardín se encierra una concepción del mundo. Las perspectivas amplias, los ejes de simetría, las extensiones, la complementareidad con los huertos ( la función del hortus conclusus horaciano), todo incita a presentar el jardín como una forma de ver el mundo.

Basta comparar en la época más reciente la diferente percepción cultural que se busca dar con un diseño versallesco geométrico o con un aparentemente silvestre jardín inglés. Aunque centrándose de forma especial en Italia, sobre estos valores incide el estudio sobre los jardines, cuyo campo se amplia hasta los valores institucionales que a partir del siglo XVIII se adoptan al incorporar las zonas verdes al interior de las grandes ciudades como lugares de expansión.

Los trazados, los aterrazamientos, la incorporación a las ciudades, la sofisticación o la sencillez son modelos no inocuos, sino bien motivados que otorgan a una ciudad o a una villa unas características que dicen mucho sobre la actitud y el pensamiento de sus habitantes



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