El objetivo
Francesc Pedragosa [@] [www]

Su mirada se fija durante un momento en el hombre que sale del coche aparcado en doble fila, le da un rápido repaso, lo sopesa como buscando un motivo cualquiera que le incite a seguirlo. Decide que no vale la pena y deja que su acuosa mirada vaya a posarse sobre una enjuta mujer que espera el autobús en la pintarrajeada parada del nº 12, está unos instantes observándola para luego seguir con su ronda desde su atalaya del sexto piso sito en el bloque de apartamentos color verdoso parecidos a una cajas de zapatos por sus escuálidas dimensiones. El hombre observaba, como cada día, el que hacer de sus convecinos, el trasiego cotidiano que para ellos representaba algo así como trampear las cornadas poniéndoles buena cara y afanándose como laboriosas hormigas procurando tener siempre a punto una sonrisa de circunstancias. Pero hoy no es un día como otro cualquiera, precisamente hoy algo se saldrá de la rutina.

Se entretiene observando como la vecina del segundo primera entra en la panadería con prisas y con más prisas la ve salir poco después, la sigue un trecho hasta que al doblar la esquina la pierde. Decide que ha seguido calle abajo. A esa hora el chico del 3º, 2ª, pone en marcha su ciclomotor y sale de estampida hacía el tajo haciendo la mayor cantidad posible de ruido. Es carne de cañón que acabara preñando a su chavala en el asiento de atrás del viejo utilitario que un amigo les abra prestado una noche de éxtasis y borrachera.

Cambia de dirección y se fija en el propietario de la gestoría hermanos Cazalla, que no se llama Cazalla ni tiene ningún hermano, solo que el muy avaro cuando cogió el traspaso del local no creyó necesario gastarse el dinero sustituyendo el rotulo. Lo ve como levanta la puerta metálica, el sonido áspero del metal le llega hasta su posición, "engrásala capullo", al momento aparecen las dos empleadas de hermanos Cazalla, vienen juntas y charlando amigablemente, seguramente hablaran sobre sus respectivos novios, pasándose confidencias. Se fija en la morena, que no esta mal pues tiene unos buenos muslos, y la sigue hasta que entran en hermanos Cazalla. Cinco minutos tarde, como siempre llega el otro empleado de la gestoría, un joven con pinta de Testigo de Jehová.

Se aparta de la ventana y se dirige a la nevera, la abre y saca una botella de champaña que tiene reservada desde hace tiempo para una ocasión especial, lo lleva a la cocina y lo descorcha procurando no hacer ruido, a tal efecto agarra el tapón con su mano derecha, escancia el liquido en una jarra de cerveza hasta que rebosa y cae el liquido espumoso al suelo, luego levanta la jarra y brinda por todos ellos. Sobre todo bebe para emborracharse. Cuando menos se entere de las cosas mucho mejor. Ya lleva casi toda la  botella consumida, así que decide que es suficiente, se nota achispado y con ánimos de armar la marimorena. Así que vuelve a la ventana, no obstante se detiene frente a la fotografía de su esposa, muerta hace ya dos años, atropellada por un conductor que se dio a la fuga. Su turbia mirada parece querer decir algo a la persona que lo mira desde aquella fotografía que ya empieza a amarillear por sus bordes. Aparta la mirada de ese recuerdo que aún le duele como brasas ardiendo y se aposta otra vez junto a la ventana. Ahora va en serio, llegó el momento de la verdad pues todo esta ya preparado y a punto, todas las medidas tomadas, se acerca su minuto de gloria para él y para todos ellos. Siente como el alcohol le nubla la vista, aún así puede enfocarlos sin problemas, listo para salir del anonimato.

En la calle todo sigue su curso normal, la parte de la acera que él domina, esta bastante concurrida, echa un vistazo a los bloque de enfrente, solo distingue un viejo jubilado que asoma a la calle desde su balcón del 4º, 2ª, donde cuelgan unas macetas con geranios, "maldito chafardero", se concentra otra vez en la calle, no se decide por ninguno en especial. De pronto ve salir del local al dueño de hermanos Cazalla, ya esta, ese será el primero, lo centra en su punto de mira
y................................................. ¡¡¡BANGggggg!!!, dispara.

Luego, sin verificar si le ha dado o no, apuntara al viejo de los geranios, y así seguirá disparando contra sus convecinos hasta que le proporcionen su minuto de Gloria, luego, luego llegara la recompensa del olvido.

 

 

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