Desde el cielo la mayoría de las urbes se ve como un manchón terracota y gris que resalta en medio del campo que las circunda. Pero esa imagen está cambiando a medida que muchas de ellas se unen a la tendencia de tapizar con césped los techos lúgubres y fríos de sus edificios.
Esto ha sido posible gracias a un movimiento conocido como Techos verdes (Green roofs, en inglés), que busca transformar ese espacio muerto que es el techo, en uno vivo, lleno de especies vegetales y animales, encima de una estructura hecha por el hombre. No es simplemente una terraza con unas cuantas materas con flores coloridas, sino una estructura pensada para ofrecer beneficios al ambiente y a los individuos que habitan dicho espacio.
La idea no es nueva. El arquitecto Simón Vélez hace unos años, en una visita a Noruega, observó casas de más de 500 años cubiertas de forraje que ha protegido durante siglos a sus moradores de temperaturas frías extremas. "Me sentí muy bruto allí porque no entendía cómo no se nos ocurrió antes hacer algo tan sencillo y tan lógico", dice. Vélez ya ha hecho varias casas de campo en Brasil y Colombia con el jardín en el techo.
El beneficio más obvio es darles un aspecto natural a las ciudades. De hecho, en algunos techos siembran plantas propias del lugar y dejan que crezcan en forma casi silvestre, y sólo dejan subir al personal de mantenimiento, porque sus razones son ambientales y no recreativas. Pero también hay un atractivo adicional, el económico. Según Vélez, el techo de pasto es mucho más barato que la teja convencional y pesa menos, aun con agua. "Hay que impermeabilizar la cubierta, poner una cobija geotextil sintética que no se pudra y dé el agarre necesario a la tierra, y poner el pasto con la capa de tierra", explica. No obstante, en edificios viejos es necesario hacer cálculos del peso del jardín, que puede variar de espesor, para que no se afecte la estructura.
Ahorrar energía es una consecuencia lógica, pues la vegetación ayuda a aislar la temperatura del ambiente tanto en climas cálidos como fríos. Los ambientalistas sugieren que los techos verdes contribuyen a reducir el efecto de Urban Heat Island, como se conoce a la diferencia de temperatura entre el campo y la ciudad por el aumento de las construcciones.
Los expertos señalan que la expectativa de vida del techo verde es mayor debido a que el pasto no sufre con las fluctuaciones de temperatura como sucede con los techos planos convencionales. "Es el sol sobre el techo el que causa las grietas y los problemas de humedad", dice Vélez, quien asegura que lo único que se requiere es un buen jardinero para deshierbar.
Con el tiempo la gente le ha ido dando nuevos usos a los techos con jardín. "Algunos lo ven como un solución para que las ciudades cultiven sus propios alimentos o incluso para proteger a una especie en vía de extinción", dice Steven Peck, fundador y director de Green Roof for Healthy Cities, una entidad canadiense que promueve este tipo de iniciativas.
directivas del Hotel Fairmont Royal York, en Vancouver, vieron ambas oportunidades. En su piso 18, al aire libre, se estableció una huerta en la que el chef David Garcelon cultiva los vegetales y hierbas que usa en sus platos. Este oasis en las alturas ha atraído pequeños animales, especialmente insectos, y hasta una colonia de abejas, de cuyos panales extraen la miel para el consumo de los huéspedes. "Somos los únicos en esta ciudad tan densa que podemos cultivar nuestros propios ingredientes", dice Garcelon. Según Green Roofs, el hotel ahorra 30.000 dólares al año por esta razón.
Los expertos aseguran que el principal obstáculo para estas ideas es la ignorancia. "La gente no entiende muy bien cuáles son los beneficios ni cómo se pueden llevar a cabo estos proyectos", afirma Peck. Asegura que los gobiernos deben apoyar estas iniciativas para que la gente conozca que no solo favorecen al ambiente sino a cada individuo. "Es una idea muy sencilla: se trata de recuperar el verde que se le quitó a la tierra", dice Vélez. Y eso no sólo es bello sino natural, pues se les devuelve su hábitat a las plantas, pájaros, hormigas y bichos desplazados por las estructuras de concreto.
La Umda de Abu l-Jayr es la contribución más importante al conocimiento de la flora silvestre de Al Andalus y del Mediterráneo occidental, pero no es el único testimonio que el estudio recoge para apuntalar este nuevo modelo de la historia de los tulipanes.
Un siglo más tarde, Ibn al-'Awwam escribió su Kitab al-Filaba, uno de los pocos tratados agrícolas andalusíes que aún se conserva en su totalidad. El valor de esta enciclopedia sobre la economía rural incluye multitud de citas de textos andalusíes y orientales, lo que justifica su gran valor histórico y testimonial.
Sobre los tulipanes, Ibn al-'Awwam (quien denominaba a la flor como "cebolla macedonia") dice lo siguiente: "Es un tipo de narciso amarillo y viene de Macedonia, provincia de Alejandría. Su flor es amarilla por dentro y rosa por fuera, con forma de cubo. En su interior se encuentra otra bella y aromática flor. Crece en sitios húmedos y montañosos y es cultivado como el narciso amarillo".
Al principio, la descripción de esa "cebolla macedonia con una flor en forma de cubo" era confusa y no permitió a los científicos identificarla como tulipán. Fue al cotejar este texto con la Umda -sobre todo las descripciones morfológicas de la flor, de sus hojas, sus raíces y su época de floración- cuando el equipo se percató de que estaba ante la primera evidencia histórica de la presencia de tulipanes en Europa. Ahora, el equipo de investigación está próximo a completar, junto con científicos como Julia Carabaza de la Universidad de Sevilla, una completa Flora Agrícola Andalusí.
-
::: Noticia generada a las 5:00 PM
martes, marzo 31, 2009 :::
Fuente:
HeimatschutzFecha: marzo 2009
Prix Schulthess des jardins
Prix Schulthess des jardins 2009 à deux jardins de Salis
Le Prix Schulthess des jardins va aux jardins des deux palais de Salis de Soglio et Bondo GR. Deux installations de grande valeur historique soigneusement entretenues ces dernières années par leurs propriétaires. Les mesures spécialisées de sauvegarde des jardins et de renouvellement en douceur se complètent de manière idéale et créent une nouvelle harmonie. Par cette récompense, Patrimoine suisse attire également l’attention sur le riche héritage culturel des jardins du Bergell.Par l’octroi du Prix Schulthes des jardins, Patrimoine suisse met cette année à l’honneur le jardin de la Casa Battista (Palazzo de Salis) à Soglio et le jardin du Palazzo Salis à Bondo. Il s’agit des jardins de deux maisons de maîtres de la famille grisonne de Salis.
Des jardins XVIIème et XVIIIèmeLe jardin de la Casa Battista à Soglio date des années 1630/1701. Des haies de buix soigneusement taillées lui confèrent une structure claire. Le visiteur découvre au détour du chemin de charmants coins d’ombre garnis d’arbres fruitiers anciens, de pivoines arbustives, buissons et vivaces qui assouplissent une ordonnance par ailleurs très stricte. Un élément frappant dans ce jardin d’hôtel : les deux arbres mammouths importés d’Amérique en 1884, qui caractérisent aujourd’hui le village. Le jardin de Bondo est un peu plus récent (1766/1776). Le Palazzo et le jardin constituent une indissociable entité. De la terrasse de la maison, le regard plonge, dans l’axe principal du jardin et du grand portail, sur le monde alpin du Bergell. Le centre du jardin constitue, dans le style de la Renaissance italienne, un « Giardino segreto », un jardin secret orné d’une fontaine avec jet d’eau; et les murs extérieurs s’ornent de platebandes fleuries et de fruits en espaliers.
Sauvegarde et renouvellementCes dernières années, les deux jardins ont été soigneusement entretenus et renouvelés. D’un côté, on a maintenu et régénéré en douceur des éléments historiques tels que murs, escaliers et plantes particulières. De l’autre, les jardins ont été complétés par de nouvelles plantations soigneusement choisies. Le résultat constitue une entité harmonieuse qui laisse entrevoir le passé des jardins mais dessine déjà leur avenir. Les deux jardins sont, partiellement du moins, ouverts au public. A Soglio, le jardin est rattaché au restaurant et donc accessible au public à ce titre, à Bondo, il est ouvert à certaines occasions et sur demande.
Engagement des propriétairesLa sauvegarde et l’entretien de tels jardins privés ne vont pas de soi. Ils requièrent, de la part des propriétaires, un important engagement, de la compréhension pour la valeur de ce patrimoine historique et une passion pour l’art des jardins. La famille de Salis a le bonheur de compter, en la personne de Jane Bihr-de Salis, architecte-paysagiste, une spécialiste compétente. Désignée comme responsable des concepts d’assainissement et d’entretien, elle a contribué de manière déterminante à la sauvegarde des jardins. Le Prix Schulthess des jardins 2009 de Patrimoine suisse rend expressément hommage à cet engagement.
Richesse de la culture des jardins au BergellA part les deux jardins mis à l’honneur, d’autres « jardins de Salis » subsistent au Bergell, mais sont partiellement en plus mauvais état. Leur sauvegarde serait très souhaitable, car ils s’inscrivent dans le riche patrimoine des jardins de cette région. Dans un extraordinaire paysage se dessinent cinq siècles d’histoire des jardins, mais aussi d’histoire sociale, politique et culturelle, de la Renaissance aux années 50. En décernant le Prix Schulthess des jardins de cette année à des jardins de Salis, Patrimoine suisse veut attirer l’attention sur ce patrimoine et lancer un appel en faveur de son entretien soigneux.
Le prix Schulthess des jardins de Patrimoine suisseLes généreux créateurs du Prix des jardins, attribué pour la première fois en 1998, sont Georg et Marianne von Schulthess-Schweizer, de Rheinfelden. La sélection des lauréats et l'organisation de la cérémonie annuelle de remise du prix incombent à une commission d'experts et à Patrimoine suisse. Les lauréats sont recrutés parmi les particuliers, les institutions et les communes qui peuvent présenter des réalisations particulièrement réussies dans le domaine des parcs et jardins d'agrément.
Une réalisation est digne d'obtenir le prix lorsqu'elle innove sur le plan botanique et architectonique, est à l'avant-garde de la protection de l'environnement, et est destinée à durer un certain temps. Le prix de CHF 30 000 peut aussi distinguer une manière exemplaire de traiter un espace historique, ou un travail de recherche au service de la tradition des jardins.
-
::: Noticia generada a las 12:42 AM
lunes, marzo 16, 2009 :::
Fuente:
La opinión A CoruñaFecha: 12-3-09
Autor: Isabel Bugallal
PAISAJISTA
Fernando Caruncho: ´El pazo gallego convierte el espacio agrícola en jardín de forma magistral´
"El mundo del jardín en España está infravalorado, todavía no hay el entusiasmo que encuentras en otros países. Mi favorito es La Alhambra, es el germen del jardín europeo"
A Coruña
Estudiando a Platón y a Aristóteles, Fernando Caruncho Torga (Madrid, 1957) descubrió la jardinería y el paisajismo. Tras dejar la Universidad, montó su estudio en 1979, en Madrid, donde vive. Caruncho, de origen coruñés, ha llevado a cabo proyectos en EEUU, Japón, Francia, Italia, Gran Bretaña... Se queja de ser más reconocido fuera que dentro de España, donde también tiene obra, y es el hombre al que Amancio Ortega, el dueño de Inditex, encargó sus jardines del pazo de Anceis y el patio de su casa coruñesa
-Sus orígenes son coruñeses?
-Claro que son coruñeses. Mi padre, mis abuelos, mis tíos, todos son coruñeses, aunque yo no nací en A Coruña. Como todos los Caruncho que vivimos en Madrid, siento el tirón de Galicia y de A Coruña, todavía más, si cabe. Mi padre es hermano del pintor Luis Caruncho Amat. Mi abuelo era Caruncho Astray. Eran catorce hermanos y la mayor parte de ellos se vino a Madrid después de la Guerra. Mi abuelo vino, entre otras razones, a hacer con Molezún y Feduchi el antecedente de lo que hoy es Artespaña. Mi familia tenía una casa en Almeiras pero la vendieron en los años sesenta, con lo cual dejamos de ir los veranos a A Coruña y fuimos a Marbella, que en aquella época era un pueblo encantador. Un antepasado mío, Antonio Caruncho, fundó con un primo suyo, González del Valle, una fábrica de tabacos en Cuba a mediados del siglo XIX, La Intimidad, y su primer negocio fue una fábrica de gas para iluminar La Habana. La familia de mi madre, Sofía Torga, que fue directora de moda de la revista Telva, es andaluza. Me encanta la mezcla.
-Lo sabe todo de su familia...
-Me lo han contado por ahí fuera. En las casas no se habla de la familia.
-¿Es filósofo jardinero?
-Estudié Filosofía y desde el mundo de la filosofía descubrí el jardín. Podía haber llegado a través de la arquitectura o de la biología, pero llegué a través de la filosofía. En todo el mundo antiguo, y hasta el siglo XVIII, el jardín es importantísimo, está unido al conocimiento. La Academia de Platón y el Liceo de Aristóteles son jardines, y Epicuro dice que no se puede conocer si no es desde el jardín. El pensamiento se genera en contacto con la naturaleza. La naturaleza induce a la observación y a la contemplación. En las estoas del agóra griega, los filósofos reflexionaban en actitud peripatética y enseñaban a pensar en el jardín. Me impresionó mucho y sentí el jardín como expresión del pensamiento.
-¿Cuántos jardines hizo?
-Llevo trabajando desde los 21 años y llevo hechos más de 200 jardines, la mayor parte de ellos en España. Desde hace quince años también trabajo en Estados Unidos, Japón, Nuera Zelanda, Italia, Francia, Inglaterra, Grecia...
-¿Dónde ha conseguido plasmar mejor su idea de jardín?
-Sin duda, en España. España vivió en los últimos treinta años un fenómeno extraordinario y yo pude hacer aquí cosas que quizá no hubiera podido hacerlas fuera. Se vivía un ímpetu y un clima de ilusión extraordinario.
-¿Acusa la crisis?
-La noto más aquí pero a aunque la crisis es mundial, la voy capeando con el trabajo que hago fuera de España, más del 50%.
-¿Tiene más prestigio fuera?
-Sí, sí. Me invitan a hablar fuera, me dedican libros en Estados Unidos y hablan de mí el New York Times y el Financial Times. Siempre es fuera; allí soy un personaje extraordinario.
-¿Por qué en España no?
-El mundo del jardín en España está infravalorado, todavía no hay el entusiasmo que hay en otros países. El español tiene un sentido de la autocrítica excesivo, es muy exigente y, o eres Nadal y ganas todo, y encima eres encantador y simpático, o es difícil que te admiren.
-¿Qué hace un paisajista español en Japón?
-Igual que me llaman de Corea o de Singapur. En Japón hice los jardines de la Embajada española.
-¿Sus jardines favoritos? -Sin duda, la Alhambra. Es perfecta, el germen del jardín europeo.
-¿Un jardín sin agua?
-Imposible, el agua es inevitable, siempre está presente, aunque sea simbólicamente. El jardín es el compendio de los cuatro elementos: tierra, agua, aire y fuego.
-¿Los pazos gallegos?
-Tienen una cosa rural que me encanta. Lo que más me gusta es su relación con la agricultura. El pazo gallego, que es señorial, convierte el espacio de uso agrícola en jardín. Esa relación me parece una lección magistral.
-Amancio Ortega le encargó el jardín de Anceis y el patio de su casa coruñesa, pero finalmente no los hizo, ¿por qué?
-Tuve una relación maravillosa, es una persona extraordinaria. En dos ocasiones me pidió un proyecto y al final no los llevé a cabo pero lo pasé estupendamente y disfrutamos muchísimo. A veces es más importante la amistad que un proyecto. Es como un jardín interior. ¿Por qué no quiso? Quien debe responder es él.
-
::: Noticia generada a las 3:03 PM
miércoles, enero 28, 2009 :::
Fuente:
Aragón Digital
Fecha: 22-1-09
Autor: Guillermo Pemán Portella
El frente fluvial se reconvertirá en jardines que recordarán a los pabellones de la Expo y estará terminado en seis mesesLa zona inundable de la Expo 2008 comienza su lavado de cara. En seis meses, el espacio de las cinco Plazas Temáticas y el del pabellón de El Faro se reconvertirán en seis jardines de 1.200 metros cuadrados, cada uno, que rememorarán el edificio ubicado en ese lugar durante la Muestra. Las obras costarán unos cinco millones de euros.
Zaragoza.- Las obras vuelven al frente fluvial de la Muestra Internacional para transformarlo en un gran centro de ocio de 29 hectáreas de superficie y 30.000 metros cuadrados más de zonas verdes. Todo en un plazo de seis meses. En una semana la comisión ejecutiva de Expoagua aprobará las obras que ascienden a cinco millones de euros.
De esta manera, el espacio que ocupaban las cinco Plazas Temáticas y el Pabellón de El Faro se transformarán en seis jardines de 1.200 metros cuadrados, cada uno, que rememorarán el edificio ubicado en ese lugar durante la Exposición Internacional Zaragoza 2008. Según fuentes de Expoagua, será una de las actuaciones que se llevarán a cabo en el frente fluvial del recinto de Ranillas para dar continuidad al Parque Lineal del Ebro, que se unirá con el Parque del Agua junto al Puente del Tercer Milenio.
El Proyecto de Reforma de los Espacios Libres de la Exposición Internacional Zaragoza 2008 incluye la eliminación de todos los elementos efímeros de la Muestra y el acondicionamiento de los pavimentos, jardines y mobiliario urbano, convirtiendo todo el frente fluvial en una gran zona verde. La actuación afecta a una superficie total de 29 hectáreas de terreno. En este sentido, se crean nuevas zonas verdes en áreas que ahora están pavimentadas, como unos 30.000 metros cuadrados nuevos de zonas verdes y ajardinadas en las plazas temáticas, que ahora tienen pavimento de asfalto.
Los espacios que ocupaban las Plazas Temáticas y se convertirán en jardines que guardarán cierta relación con los edificios que albergaban, aprovechando parte de sus estructuras como recuerdo a la arquitectura efímera que ocupó este lugar durante la Muestra Internacional. Cada uno de estos jardines se llamará como la Plaza Temática que ocupaba ese espacio.
Plazas temáticas
En Agua Compartida, se mantendrá el mismo diseño que tenía el jardín de la cubierta. Con caminos de hormigón y baldosas, y diferente mobiliario, se representará una cuenca hidrográfica con el mismo aspecto cóncavo de la plaza, respetando su geometría.
Asimismo, en Oikos, el estanque de la plaza permanecerá como un elemento singular y, junto a él quedará la huella del recorrido que se podía hacer cuando se visitaba esta plaza temática.
Por otro lado, en Ciudades del Agua continuará el diedro de seis metros de altura que albergaba un gran mosaico. Se mantiene la estructura del estanque de la plaza y se crea un jardín alrededor del diedro.
En Sed, el jardín es un montículo, una duna que recuerda los hinchables de la cubierta de esta plaza temática. Sobre este montículo se instalarán áreas de descanso con bancos y jardines arbustivos de forma circular.
Agua Extrema será un jardín acuático donde se mezclará el agua con la vegetación. Se aprovechará el vaso de hormigón que albergaba las plataformas en movimiento de la plaza para crear este jardín, que se completará con pequeños triángulos de plantas y vegetación.
Por último, en El Faro, el jardín se organiza en torno a un elemento central, que es un pequeño graderío que recuerda a las gradas del Foro de este Pabellón de Iniciativas Ciudadanas. Alrededor, el jardín se estructura en una forma geométrica radial con el suelo de barro.
En el Faro, el jardín se organizará en torno a un elemento central
Junto a las plazas temáticas, el graderío del frente fluvial, desde el cual los visitantes de la Expo podían ver el espectáculo del Iceberg, también se conservará. Sin embargo, se eliminarán la mayor parte de las barandillas, dejando sólo las que se encuentran junto a las escaleras principales, y las placas de plástico de protección del pavimento, donde se van a plantar sauces y tamarices. Además, se rebajará el talud que existe frente al Pabellón de El Faro para que se comunique mejor la zona de las plazas temáticas con el camino de aguas bajas. La intención es eliminar los objetos más duros para hacer este espacio más natural.
Por otro lado, la pérgola que, además de dar sombra, servía de soporte al alumbrado, permanecerá. El espacio pavimentado entre las zonas ajardinadas también se queda como está, para así permitir el desarrollo de diversas actividades. Los topos de colores del pavimento continuarán.
El pavimento que retirará es el de la zona entre el área de restaurantes y las plazas temáticas, que se convertirá en una zona verde de transición entre el frente fluvial y el Parque Empresarial.
Inspiraciones Acuáticas
En Inspiraciones Acuáticas, plaza donde se desarrollaba el espectáculo ‘Hombre Vertiente’, se eliminará la cubierta y se convertirá en un anfiteatro natural. El espacio de la “platea”, un círculo con pavimento de hormigón en zona inundable, podrá ser utilizada como pista de patinaje o para albergar diferentes manifestaciones culturales al aire libre.
El Anfiteatro 43 no sufrirá ninguna modificación, continuará como hasta ahora, con la cubierta y el vallado, donde se podrán realizar conciertos y otros espectáculos.
Se crearán también tres zonas de juegos infantiles: una junto al Pabellón Puente, otra junto a las plazas temáticas y, la última, en la Plaza del Ebro. También habrá un espacio donde se instalarán aparatos de gimnasia para personas mayores. En el recinto también permanecerán dos de los quioscos y los cubos de la entrada del Pabellón Puente, que formaban parte de la exposición ‘Agua recurso único’.
La pasarela de la Torre del Agua se mantiene, aunque se elimina la conexión con el Pabellón de México. Las escaleras mecánicas se sustituirán por otras metálicas.
-
::: Noticia generada a las 5:50 PM
domingo, mayo 18, 2008 :::
Fuente: Ciberpresse (Canada)
Fecha: 10-5-08
Autora:Isabelle Lebrie
Jouer avec la nature
ALMA
Pour le collectif Cédule 40, «Les Jardins éphémères» des célébrations du 400e anniversaire de Québec représentent une suite logique du travail accompli depuis 2006 au Festival international des Jardins de Métis en Gaspésie
-
«Notre collectif a d’abord été créé pour participer aux activités des Jardins de Métis. Au fil des ans, nous avons travaillé ensemble à d’autres projets. Et lorsque Québec a lancé l’appel d’offres pour le 400e, l’exemple donné était les Jardins de Métis. Nous avons donc constaté que c’était un filon intéressant et que nous avions toute l’expertise pour soumettre notre candidature», explique Julien Boily.
En 2006, pour sa première année au Festival international des Jardins de Métis, Cédule 40 a imaginé un projet intitulé «Sous terrain de jeu». Il consistait en une balançoire permettant aux visiteurs de semer de l'orge tout en se balançant. La terre avait alors été laissée dans son état naturel, afin de tester comment la nature allait s’installer.
La seconde année, avec «Terrain fertile», le collectif a choisi de lancer un défi à la nature. Il a construit des sillons de terre qui ont été recouverts de plus de 10 000 tuiles de céramique. L’objectif était de créer une terre «infertile», craquelée comme dans les déserts, en supposant que les grains d'orge s'y accumulent et finissent par prendre racine dans cette accumulation de graines. Et c’est effectivement ce qui s'est produit.
Pour la phase trois de cet été, «Terre Ondée», Cédule 40 continue d’expérimenter en utilisant sa balançoire. Cette fois-ci, les surfaces de terre seront transformées en bassins recréant les ondes de l’eau, afin de voir comment les graines réagiront devant ce nouvel «obstacle».
«L’été sera chargé, car nous nous rendrons à Métis immédiatement après le montage à Québec. Nous sommes la première équipe, depuis 9 ans, à recevoir une invitation pour une 3e année pour ce festival», souligne Noémie Payant-Hébert.
::: Noticia generada a las 2:53 PM
viernes, mayo 02, 2008 :::
Fuente:
Progrès Villeray (Québec, Canadá)
Fecha:14-4-08
Journée de réflexion sur l’avenir du jardinage collectifPlus de 125 personnes venant des quatre coins de la province ont convergé vers le centre Lajeunesse, le 28 mars, pour prendre part à une journée de réflexion sur l’avenir du jardinage collectif.
Cette journée était organisée par le Regroupement des Jardins collectifs du Québec, lequel a été fondé en août 2007.
Au Québec, les premiers jardins collectifs ont été mis sur pied par des organismes oeuvrant dans le domaine de la sécurité alimentaire. Il s’est développé depuis 1992 une trentaine de réseaux de jardins collectifs, dont celui de la Maison de quartier Villeray.
Actuellement, plus de 3000 jardiniers participent aux activités des jardins collectifs. Ils cultivent une superficie de 40 000 mètres carrés. Les jardins collectifs ont d’abord une mission sociale. Ils veulent favoriser l’autonomie alimentaire et la santé des communautés locales, encourager l’intégration et l’épanouissement des personnes en situation de pauvreté, s’approprier les espaces verts en milieu urbain en respect avec l’environnement. On estime à environ 20 000 le nombre de personnes touchées directement par les divers projets.
La journée a permis aux participants d’assister à des conférences et de prendre part à des ateliers. Ils ont eu l’occasion de faire connaissance et de partager leurs expériences. Les conférenciers étaient Joseph Nars, chercheur de Toronto, Éric Duchemin, de l’Institut des sciences de l’environnement, Matha Stiegman, Julie Lamontagne, Ismael Hautecoeur et Sanou Issakia, agronome à la Maison de quartier Villeray.
Comment maintenir et développer le jardinage collectif dans les villes et villages du Québec ? Quels rôles le jardinage collectif peut-il jouer pour favoriser des villes et villages en santé dans un contexte d’appauvrissement des populations et de détérioration environnementale ? Plusieurs questions ont fait l’objet d’échanges durant cette journée.
Il est notamment ressorti des discussions un désir pour les réseaux de s’associer avec le milieu universitaire pour la production d’études. On a aussi insisté sur le transfert de connaissances entre les responsables des jardins. On a également évoqué la création d’une Journée nationale des jardins collectifs.
::: Noticia generada a las 1:14 PM
domingo, abril 06, 2008 :::
Fuente: Avui
Fecha:6-4-08
Autora: Mireia Rourera
La jardineria s'atura per la sequera
Les actuacions, públiques i privades, es paralitzen i les demandes de manteniment cauen en picat. La venda al detall baixa entre un 60% i un 70%. El sector pot perdre 2.000 llocs de treball si continua la sequera
El sector de la jardineria està paralitzat. Els projectes que s’havien de començar aquesta primavera, siguin públics o privats, s’han aturat a l’espera que es pugui regar. Els ajuntaments no reposen arbres, els parterres no es replanten, els amos de jardins privats es treuen la gespa i se la posen artificial, o la substitueixen per pedres, les demandes de manteniment cauen en picat. Pel que fa a la venda al detall, alguns propietaris de centres de jardineria calculen que ha baixat entre el 60% i el 70%. De moment. “La gent s’ha espantat”, denuncia Antoni Cardona, del Garden Cardona de Palamós.
Aquesta por de no poder regar està enfonsant el sector, que està començant a perdre llocs de treball. El Gremi de Jardiners de Catalunya calcula que si les coses continuen així, 2.000 persones (d’un sector que en té 6.000) es poden quedar sense feina.
.
Preocupació
-
“Tenim els agremiats molt preocupats perquè hi ha empreses que tenen deu i dotze treballadors que ja han començat a fer fora gent. I això només és el principi”, denuncia Andreu Massoni, president dels jardiners catalans. Massoni creu que si les coses no canvien “algunes empreses petites, que sobretot fan manteniments, hauran de tancar, i les grans faran regulacions”, opina. El gremi, que es tem la pitjor crisi dels últims anys, té pendent per a la setmana que ve una reunió amb l’administració per intentar “trobar solucions” però, en general, denuncia una falta “flagrant” de previsions.
“Això ja fa anys que se sabia que passaria i com que no han fet res, ara hem de córrer tots”, denuncia Pedro Moral, de la Jardineria Pedro Moral de Barcelona. Aquest empresari diu en veu alta el que pensen tots al sector: que se’ls està discriminant. I es pregunta: “Per què nosaltres per poder mantenir el que tenim i els jardins dels nostres clients ens hem de gastar molt diners comprant aigua i portar-la amb cisternes i les empreses que netegen cotxes poden gastar aigua sense problema?”.
Els empresaris jardiners mantenen que fan molts esforços, com ara conscienciar els clients perquè estalviïn i que adeqüin els seus jardins a la realitat. “Els expliquem que posin detectors d’humitat”, explica Pedro Moral, que assegura que molts ajuntaments, entre els quals el de Barcelona, ja ho estan fent.
“Totes les empreses paisatgístiques ja fa temps que estem intentant canviar els costums i els models de jardí. El que és clar és que aquí no podem tenir jardins anglosaxons, hem de tenir jardins mediterranis. Hem de plantar plantes aromàtiques, plantes autòctones, que consumeixin pocs recursos hídrics”, explica Andreu Massoni. I diu que s’està instant els clients a posar sistemes de recollida d’aigua de pluja, a canviar la gespa més delicada per gespa més soferta, de baix manteniment, i un llarg etcètera.
“Els productors ens ho estem passant molt malament”, explica l’Antoni Cardona, amo d’un centre de jardineria de Palamós. “Jo rai que tinc pou i puc regar, però els que han de regar del Ter s’han quedat sense ni gota d’aigua perquè els han tallat l’aigua del canal...”.
-
Descens en picat
-
És aquest jardiner el que assegura que a les comarques de Girona s’està parlant d’una caiguda d’entre el 60% i el 70% de la venda de plantes al detall. “Amb aquestes caigudes no ens podem mantenir”, augura i, com tots els que viuen dels productes de la terra, denuncia “la falta de previsió tremenda” de l’administració. No sap “fins quan podrem aguantar aquesta situació”. Unió de Pagesos reclama la recuperació de pous per a reg de jardins, la recollida d’aigües pluvials i la introducció de reg gota a gota als jardins.
.
::: Noticia generada a las 2:21 PM
miércoles, abril 02, 2008 :::
Fuente: Bygalicia.eu
Fecha: 24-3-08
La exposición Camelias de Galicia congregó a más de 25.000 visitantes en el Pazo de Fonseca
El principal objetivo de esta muestra era fomentar y potenciar la imagen turística de Galicia a través de la exaltación de esta planta
Un total de 25.000 visitantes se acercaron, durante los pasados dilas 21 y 22, a la exposición Camelia de Galicia, una muestra de la enorme variedad de flores de camelia existente en nuestro país, procedentes de los jardines de más de 20 coleccionistas gallegos. El viernes dila 21 la muestra contó con un total de 10.000 visitas, mientras que las 15.000 restantes se produjeron al largo de todo el sábado 22. Además, el 65% de esta cifra de visitantes corresponden a personas provenientes de otras Comunidades Autónomas, siendo los gallegos el 35% restante de las personas que se acercaron incluso el claustro de Fonseca.
Organizada por la Consellaría de Innovación e Industria, a través de Turgalicia, y en colaboración con la Sociedad Española de lana Camelia y la Universidad de Santiago de Compostela, el principal objetivo de esta muestra fue a fomentar y potenciar la imagen turística de Galiza a través de la exaltación de esta planta característica de los jardines de invierno gallegos.
Aprovechando la coincidencia con las fechas de Semana Santa, esta muestra también sirvió para dar a conocer el nuevo producto turístico denominado Ruta de los Jardines de Invierno, un conjunto de jardines públicos y personales que pueden ser visitados y que presentan su mejor aspecto en el momento de floración de sus camelias, durante los meses de noviembre a marzo.
::: Noticia generada a las 6:13 PM
sábado, marzo 29, 2008 :::
Fuente: El Universal (México)
Fecha: 9-3-08
Autora: Cinthya Sánchez
El primer jardinero que floreció en EU
Mario le sabía a las flores desde los seis años de edad, habilidad apreciada en East Hampton, un edén de casas de 50 millones de dólares donde cada verano los millonarios abren sus puertas para exhibir el mejor jardín
TUXPAN, Mich.— La migración mexicana de East Hampton, lugar de descanso de Calvin Klein, Ralph Lauren, la familia de Jackie Kennedy y otros neoyorquinos millonarios, comenzó hace 30 años y tiene una conexión con un pequeño poblado de 20 mil habitantes en Michoacán.
La historia comienza por el amor a las flores y la inició Mario Coria, floricultor y primer migrante hispano que llegó a embellecer jardines de hasta 10 hectáreas ganando miles de dólares al mes por hacerlo. Mario le sabía a las flores desde los seis años de edad, habilidad apreciada en East Hampton, un edén de casas de 50 millones de dólares donde cada verano los millonarios abren sus puertas para exhibir el mejor jardín.
Mario, llegó en 1978 a East Hampton, creó una buena fama de jardinero que le sirvió por lo menos a 3 mil tuxpeños más que hoy trabajan, en su mayoría, en los jardines de millonarios empresarios de Manhattan o de personalidades de Hollywood.
Fue el primero en aguantar climas extremos, pues en East Hampton sólo en verano los termómetros suben. Fue el primero en demostrar por qué a los mexicanos se les paga más que a colombianos, salvadoreños y guatemaltecos. “Los mexicanos siempre trabajan bien y limpio”, le decían sus patrones.
Sin saber una palabra de inglés comenzó a comunicarse, primero a señas, después con algunas palabras, y dos años más tarde con un inglés perfecto. Para entonces ya cobraba 25 dólares la hora, trabajando los siete días de la semana, a razón de 10 horas diarias, por embellecer jardines y los patrones se lo peleaban, al grado de querer seducirlo subiéndole la tarifa por hora.
Cinco años después sus vecinos tuxpeños comenzaron a seguirlo, primero se llevó a 10. Sólo a 10, a ellos les enseñó jardinería y llegó a ser el jefe de todos. “Trabajábamos en unos 10 jardines, yo los coordinaba; a cada uno le daba órdenes porque los patrones querían que yo les trabajara personalmente, pero no podía con todos, así que enseñé a mis paisanos y poco a poco éstos trajeron a sus hijos, a sus hermanos, a sus cuñados, a sus padres. Al poco tiempo éramos cientos de tuxpeños sembrando plantas y de vez en cuando cocinando carnitas para los patrones”, narra.
El trabajo de jardinero en Hampton se fue cotizando. Al grado de que hoy un jardinero originario de Tuxpan gana hasta 4 mil dólares al mes, una cifra nada despreciable cuando la mayoría de los trabajadores mexicanos se les paga 7 u 8 dólares la hora, pero el prestigio no fue gratuito, lo inició Mario Coria a sus 28 años.
Primero guía, luego jardinero
Pero él dice que ni quería irse de migrante. A Mario la oferta le llegó en la avenida Reforma. Se encontraba trabajando en una construcción en la ciudad de México. Regresaba de una fiesta que duró toda la noche, pero en la que no tomó ni una gota de alcohol. Era domingo y caminaba hacia la Alameda. Una pregunta en un mal español fue la que cambió su vida y luego la del pueblo de Tuxpan. ¿Sabe cómo llegamos a Bellas Artes? Mario no sólo contestó a la pareja de una francesa y un estadounidense, sino que los encaminó. Cuando llegaron a las taquillas la pareja extranjera invitó a Mario al ballet. “Nunca había ido. Fue increíble”.
Al cerrarse el telón de Bellas Artes una amistad nació entre los extranjeros y Mario Coria. La francesa y el gringo decidieron quedarse a estudiar español y vacacionar por tres meses en México. Decidieron que Mario sería su guía, pero no querían conocer un México turístico, así que le pidieron los llevara a su pueblo. Querían ir a las ferias tradicionales no sólo de Tuxpan, sino de todo Michoacán. Asistieron a fiestas de XV años, a comidas dominicales, a bodas y a toda casa que les abriera la puerta y les sirviera comida mexicana.
Pronto la mujer francesa, como la llama cariñosamente Mario, se dio cuenta del amor con el que cuidaba el jardín de su casa. Se trataba de un jardín al que Mario le habría invertido por lo menos 22 años de cuidados, si contamos que comenzó a plantar flores desde que tenía seis años. Sus favoritas, las orquídeas.
La pareja tenía un restaurante en East Hampton y sabían que en aquel lugar las flores eran importantes. Que había exposiciones de jardines cada verano y que los millonarios que tenían casas de descanso invertían miles de dólares en embellecer sus espacios.
“Tienes un futuro si te vienes de jardinero a Hampton”, le dijeron. Mario recuerda que en 1978 no tenía ni idea donde quedaba la ciudad nombrada como la más bella de Estados Unidos. La francesa tardó tres meses en convencerlo, pero al terminar su estadía a México regresó con su pareja estadounidense y con Mario y su maletita a Nueva York.
Después de 30 años de habitar la ciudad de millonarios, Mario sigue sintiéndose un extraño en medio de los jardines de 10 hectáreas, por eso ha decidido no volver nunca y quedarse en Tuxpan donde apenas hay una docena de calles paralelas, pero donde sale a comprar su requesón y todo mundo lo saluda.
Hoy Mario Coria, es un hombre de 58 años de edad. Habita una casa en Tuxpan, Michoacán y se dedica todos los días a cultivar orquídeas en un jardín de 250 metros cuadrados. Tiene las dos nacionalidades, la mexicana y la estadounidense, que dentro de cinco años le traerá una pensión de mil dólares al mes que piensa gastarse en Tuxpan y no en East Hampton.
Da clases de ingles gratuitas. Reparte despensas entre los tuxpeños más pobres. Vende orquídeas a coleccionistas que aprecian el valor de las flores y espera en una casa de cinco habitaciones, que tardó siete años en construir, su pensión estadounidense que le dará mil dólares al mes. Cifra que le recuerda que la ganó a pulso por todos los impuestos que tuvo que pagar desde que legalizó su situación laboral.
No hay poder humano que lo regrese a East Hampton. Se sabe un migrante exitoso y no sólo por el premio Arlequín que le dieron por su trayectoria migratoria, tampoco por haber sido portada de la revista Time en 2006. “Después de todo, por fin puedo quedarme en paz y feliz con mis flores en Tuxpan y sé que labré un camino para mis paisanos”.
::: Noticia generada a las 5:46 PM
sábado, marzo 01, 2008 :::
Fuente:
Teatro Naturali
Fecha: 1-3-08
Autor: Ciro Costagliola
Il ruolo del verde urbano nella pianificazione del territorio nelle aree metropolitane
Fra i parametri utilizzati per valutare la qualità della vita nelle città vi sono l’ampiezza e la bellezza degli spazi pubblici, tanto più in Campania, regione al centro di scandali ambientali
Certamente fra i principali parametri utilizzati per commisurare la qualità della vita nelle città vi sono la qualità e l’ampiezza dei suoi spazi pubblici. I criteri utilizzati per valutare il grado di vivibilità degli ambienti urbani sono rappresentati dalla presenza di spazi verdi urbani e periurbani, dalla presenza di aree attrezzate polifunzionali per il tempo libero, nonché dall’arredo urbano di qualità.
Il verde urbano, - alberature, giardini, siepi, fiorite, tappeti erbosi e quanto altro costituito da materiale vegetale vivo - assolve ad una serie di funzioni fondamentali. Notevole è la capacità delle piante di abbattere il livello d’inquinamento atmosferico, acustico, elettromagnetico, e di fitoclimatizzazione ambientale. La vegetazione, unitamente ad un sapiente uso dell’acqua e ad un ampio ricorso alle coperture vegetali, consente l’abbassamento della temperatura ambientale nei periodi estivi di diversi gradi. Il verde influisce sul mantenimento di un sano equilibrio fisico e psicologico dell’uomo offrendo momenti di relax a contatto con gli elementi della natura. Non trascurabile inoltre è la funzione estetica del verde che eleva notevolmente la qualità del paesaggio urbano, oltre alla funzione di abbattimento dell’anidride carbonica dell’atmosfera. Sforzo delle amministrazioni lungimiranti dovrebbe essere quello di puntare al recupero estetico e funzionale delle numerose aree marginali presenti nelle città con la finalità (oltre che estetico-funzionale) di abbattere il tasso di anidride carbonica nell’aria.
Risale al Rinascimento il costume di progettare complessi spazi verdi adiacenti ad edifici pubblici, privati o piazze. La tecnica, lungamente approfondita, ha permesso la concezione dei bellissimi e formali giardini all’italiana caratterizzati dalla presenza di ornamenti monumentali.
La Regione Campania, benché oggi attraversi una fase di impatto negativo, è un testimone privilegiato grazie a grandi disegni urbanistici del XVIII e XIX secolo in cui, nuclei di coagulazione sono stati le sedi reali Borboniche con i relativi parchi.
Questi ultimi sono veri capolavori dell’architettura dei giardini risultando funzionali e stilisticamente armonici non solo con gli edifici reali, ma anche con le aree esterne dove idealmente venivano riproposte le direzioni, le proporzioni ed il tipo di strutturazione presente all’interno del parco.
Opere di tale grandiosità non sono oggi, per ovvi motivi, più proponibili ma la salvaguardia e l’aumento delle aree verdi all’interno dell’abitato non rappresentano solo una legittima e semplice istanza ambientale, al fine di ridurre l’inquinamento atmosferico, acustico ed elettromagnetico, ma, nella prospettiva storica prima accennata, rappresentano il rispetto della nostra cultura e della concezione storica della Regione.
L’esistenza di spazi naturali, all’interno del contesto urbano, oltre che migliorare la qualità della vita, è elemento unico che rende possibile la sopravvivenza dell’uomo nell’ambiente del tutto artificiale della città.
Uno degli obiettivi che si vuole raggiungere con la realizzazione di più ampi spazi verdi nelle città, è il risanamento ambientale dei centri urbani. Il buon senso e l’osservazione del traffico cittadino può dare una misura del degrado ambientale nel quale si vive senza necessariamente essere supportati dall’analisi dello smog cittadino. L’inquinamento atmosferico della città non è un evento episodico, casuale, bensì una condizione costantemente presente.
Benché sia possibile osservare delle fluttuazioni legate a fattori atmosferici, basta veramente poco per superare il limite di guardia di questo tipo di inquinamento.
Da ciò la necessità di una maggior dotazione di aree pubbliche, in tal modo attrezzate, che siano mantenute secondo un livello di organizzazione e decoro tale da permetterne la fruizione.
In tal senso deve essere superata la tesi dell’idea del giardino e del parco pubblico intesi come entità individuali nel contesto urbano: ogni spazio verde deve essere considerato come parte integrante di tutto il verde cittadino e come tale inserito in un piano urbanistico generale. Cortili, spazi interni, giardini, concorrono ad una omogenea connessione fra gli edifici e gli spazi esterni.
Un’alberatura ad esempio, può dividere un percorso ciclabile da uno pedonale o automobilistico costituendo così una segnaletica non invasiva rispondente alle istanze di armonia e vivibilità che il cittadino richiede.
Sulla scorta di quanto esposto, la sola salvaguardia delle aree a verde attualmente presenti all’interno dei centri urbani non basta, ma è necessaria la previsione di più ampi spazi liberi tra le costruzioni e, laddove ciò non è possibile, comunque sfruttare le aree residuali come arredo urbano e risistemazione del verde.
Al fine di dare metodologia agli interventi da perseguire, è necessaria un’opera di censimento e catalogazione che fornisca una conoscenza completa e dettagliata del patrimonio botanico e relative aree a verde pubbliche e private oggi presenti. È più opportuno parlare di patrimonio, e non solo dal punto di vista ambientale, ma anche economico. Spesso, infatti, si dimentica che un solo esemplare botanico può raggiungere il valore economico di svariate migliaia di euro.
In particolare sarà necessario individuare gli alberi monumentali e gli esemplari tipici del periodo borbonico che naturalmente hanno caratterizzato l’aspetto dei centri urbani. Propedeutico sarebbe il censimento e la catalogazione degli alberi di canfora, le magnolie, i cedri del Libano, i vari tipi di araucaria, le Phoenix canariensis, le Chamaerops excelsa ed humilis, gli ippocastani, i tradizionali e bellissimi lecci, i tigli, i platani che originariamente costituivano le alberature dei viali Vanvitelliani, i monumentali Pinus pinea, le diverse specie di Citrus e via di seguito, tutte specie testimoni della storia della Regione Campania.
Una volta definita una opportuna simbologia, ogni area o bene censito andrà riportato su un’idonea cartografia su supporto sia cartaceo che ottico e ciò costituirà un indispensabile strumento conoscitivo per l’identificazione delle successive proposte d’intervento, fra cui alcune strategiche come può essere quella di sistemazione a verde con le relative attrezzature nonché l’identificazione delle linee di sviluppo e di ristrutturazione del territorio.
E’ ragionevole ipotizzare che per gli interventi di recupero e valorizzazione dell’arredo urbano e sistemazione del verde, le scelte delle specie arboree dovranno essere realizzate nel rispetto del contesto botanico, storico, architettonico esistente e delle esigenze fisiologiche delle piante, in relazione alle locali condizioni microclimatiche, evitando in tal modo la piantagione di specie del tutto avulse dal contesto fitogeografico. La sistemazione del verde e la realizzazione dell’arredo urbano deve comportare una omogenea connessione fra gli edifici e gli spazi esterni. È necessario puntare all’aumento del verde fruibile secondo funzioni ricreative, di percorsi pedonali alternativi e piste ciclabili.
E’ inoltre opportuno ipotizzare la definizione di un puntuale piano di prevenzione e lotta antiparassitaria nonché di razionale potatura delle piante. Infatti la maggior parte dei pini presenti nelle città sono attaccati dalla processionaria del pino, insetto che debilita la pianta fino a portarla alla morte, oltre che a determinare problemi di allergie alle popolazioni.
Purtroppo ben poco viene fatto per il loro risanamento. È appena il caso di accennare al punteruolo rosso delle palme (Rhynchophorus ferrugineus), originario dell’Asia meridionale e Melanesia, che sta determinando la morte di piante di notevole pregio. Infine evidente, anche per le persone meno attente, l’osservazione di potature, indiscriminate e prive di criterio, che si effettuano in molte città sulle alberature.La conseguenza è grave oltre che per il danno estetico per lo stress fisiologico a cui gli alberi vengono assoggettati con un danneggiamento che riduce la possibilità di sopravvivenza nel caso di avversità ambientali o biologiche.
La tutela e la valorizzazione di spazi verdi è divenuta un’esigenza tipica delle società ad economia avanzata, infatti è proprio nei Paesi più evoluti che si sono fortemente consolidate esperienze significative in merito alla tutela e valorizzazione del verde.In Campania negli ultimi anni è cresciuta l’attenzione verso il ruolo che il verde assume all’interno di ecosistemi complessi, ciò ha comportato un cambiamento di atteggiamento da parte delle amministrazioni locali nei confronti del verde.
Ragionare quindi in termini di ecosistema urbano, vuol dire rideterminare l’attuale modo di intendere la pianificazione del territorio, soprattutto nei medi e grandi comuni e nell’area metropolitana di Napoli, che deve indirizzarsi verso una crescita sostenibile in cui lo sviluppo delle risorse urbane deve essere coerente con l’esigenza di tutela delle risorse naturali.
::: Noticia generada a las 6:47 PM
domingo, febrero 17, 2008 :::
Fuente: El Pais
Fecha: 9-2-08
Autor: Fietta Jarque
La selva del arte
En Belo Horizonte, Brasil, hay un lugar paradisiaco donde un fabuloso jardín tropical enmarca el arte contemporáneo
-
Inhotim conserva el arte en su estado más salvaje. Y más civilizado. Es un lugar en el que se integra la naturaleza en toda su fuerza con el arte contemporáneo en sus expresiones más extremas. Situado en Brumadinho, a 60 kilómetros de Belo Horizonte (capital del estado de Minas Gerais, Brasil), es un inmenso territorio de selva atlántica tropical de 2.100 hectáreas, de las que 35 son de jardines botánicos diseñados originalmente por el paisajista Roberto Burle Marx. El parque ambiental está dedicado a la preservación de la flora tropical atlántica y del Cerrado (sabana brasileña) y al rescate y mantenimiento de especies autóctonas, así como de colecciones de plantas tropicales de otras partes del mundo, a las que se aplica técnicas de mantenimiento sostenibles. Hay también cuatro lagos artificiales que suman otras 35 hectáreas. En el parque se cultivan 1.800 especies botánicas.
Inaugurado en 2004, en octubre de 2006 se abrió al público con las infraestructuras completas. El hacedor de todo esto se llama Bernardo Paz (Minas Gerais, 1949), que empezó a coleccionar arte contemporáneo a mediados de los años ochenta. Sólo le interesa el arte realizado a partir de 1960. Su colección actual está compuesta de unas 350 obras, de las que se exponen cerca de 80. Desde un principio quiso algo distinto a los habituales jardines con esculturas, aunque también las hay en el recorrido. Bernardo Paz siempre intentó conocer a los artistas a los que compraba obra. Los invitaba a su propiedad, discutía el emplazamiento y finalmente se sintió tentado a "producir" obras que transformaran el espacio. La idea que dio fruto fue la de integrar su amor al arte en combinación con su otra gran pasión, la botánica. Paz encargó a varios arquitectos que diseñaran pabellones a la medida de algunas de las obras, entre ellos Paulo Orsini y, más recientemente, Rodrigo Servinho Lopes. Hasta ahora hay nueve, cada una de cerca de mil metros cuadrados, de las que dos exhiben de forma permanente obras de Tunga y Cildo Meireles. Ahora están a punto de inaugurar dos más, la de la brasileña Adriana Varejão y la de la colombiana Doris Salcedo. Están ya en marcha los proyectos específicos para Inhotim de los artistas Doug Aitken, Matthew Barney, Rivane Neuenschwander, Pipilotti Rist y Carrol Durham. Para 2009 se abrirá un espacio para el fotógrafo Miguel Rio Branco.
"El arte es un medio, el fin es social. El propósito de todo esto es dar cultura. La gente disfruta y aprende. La mayoría viene a ver los jardines pero al encontrarse con el arte contemporáneo, les permite acceder a un mundo que no conocen", comenta Bernardo Paz, a quien se le concede este año en Arco el premio al coleccionismo. Un galardón que le incomoda hasta cierto punto. "Suena a algo muy elitista. Nuestro proyecto en Inhotim es sobre todo educativo", afirma. Su preferencia por el arte contemporáneo es radical. "El arte del periodo moderno está hecho para colgarlo en las paredes. Fue interesante sólo a principios del siglo XX, cuando se rompió con el arte clásico, después ya no. Ese tipo de coleccionismo es para los que viven del pasado. Pienso que para que la gente se acerque al arte debe haber interacción". Sólo salva al Picasso histórico (el del Guernica) y a Gaudí. "Me interesa la relación con el artista vivo. Entender el proceso de su trabajo", dice.
Los pabellones de exposición temporal albergan esculturas, instalaciones, vídeos, pinturas y fotografías, como la sobrecogedora instalación sonora de Janet Cardiff Forty part motet, con 40 canales de audio para las voces individuales del coro de la catedral de Salysbury. También hay pinturas de Albert Oehlen, piezas de Paul McCarthy, o fotografías de Larry Clark -con sus famosas series Teenage Lust (1983) y Tulsa (1972)-.
Los artistas brasileños tienen una gran presencia en la colección, entre ellos Waltercio Caldas, Laura Lima, José Damasceno e incluso la recreación de una revolucionaria instalación en su momento de Hélio Oiticica junto con el cineasta Neville D'Almeida, Cosmococa 5-Hendrix War (1973), que consiste en una gran sala con hamacas cruzadas por todo el espacio con proyecciones y música de Jimi Hendrix en las paredes. También hay esculturas en los jardines, como un iglú de Olafur Eliasson dentro del cual hay un chorro continuo de agua paralizado por el efecto de una luz estroboscópica.
La galería Cildo Meireles es una de las más impactantes. A la instalación Desvio para o vermelho hay que entrar descalzo. Es una habitación amueblada con todos los elementos en rojo, la mayoría realizados a su vez por otros artistas. En la otra gran sala la instalación Através crea un espacio con suelo de cristales rotos y todo tipo de vallas, rejas y alambradas.
Adriana Varejão, una de las más internacionales artistas brasileñas, casada con Bernardo Paz, ha estado trabajando sin descanso en el enorme pabellón que inaugurará en marzo. Una de las salas está recubierta en sus tres muros por su recreación pictórica de azulejos de las iglesias barrocas. "Trabajo en una línea conceptual-histórica", explica. Desde que se concibió el proyecto ha trabajado muy estrechamente con el arquitecto para que la obra quede integrada perfectamente en el edificio.
Inhotim surgió de las largas conversaciones en ese mismo lugar de Bernardo Paz con el célebre paisajista brasileño Roberto Burle Marx (1909-1994). Soñaban despiertos hasta que Paz -perteneciente a una familia acaudalada, dueña de minas en la región- tomó la determinación de hacerlo por su cuenta. "En un país de tanta pobreza es difícil que el Gobierno o las instituciones entiendan un proyecto como éste. Pero una vez que lo han visto realizado han empezado a interesarse y ahora ya se pueden sumar", explica.
En Inhotim todo parece previsto. Hay paragüeros en varios puntos a lo largo del paseo, para que los usen, y los deje el público si se ven sorprendidos por los súbitos chubascos tropicales. Varios restaurantes y cafeterías de distintos precios y categorías (pocos, los indispensables), servicios, bancos y tumbonas para detenerse y aspirar el aire limpísimo de este parque de ensueño y observar tranquilamente los árboles, plantas y aves alrededor. Medio centenar de jardineros se esfuerzan por mantener todo impecable, sin una hoja seca o una brizna o ramas crecidas donde no corresponde. Es un lugar que apacigua, exalta, sorprende y satisface. Uno de esos sitios para los que vale la pena cruzar medio mundo.
::: Noticia generada a las 12:18 PM
Fuente: El Universal (México)
Fecha: 10-2-08
Autor: Guillermo Cárdenas Guzman
El reto de reconstruir el paisaje
El arquitecto reconoce que su vicio es estudiar el desarrollo de las ciudades y edificios porque ésta es una forma de conservar la memoria de las civilizaciones. Le preocupa que en México no exista una cultura de la preservación, por lo que su meta es revertir el ‘Alzheimer histórico’ en el que vivimos.
-
Como habitante del mundo tecnologizado asume que le sería difícil prescindir de la computadora y el organizador personal.
Sin embargo, su herramienta básica sigue siendo un lápiz y un papel: con ellos traza croquis a mano libre de cada uno de sus proyectos y dice ser capaz de identificar a un arquitecto simplemente con verlo plasmar una línea.
Saúl Acántara Onofre tiene 47 años de edad y es especialista en lo que se denomina Arquitectura del Paisaje. Abandonó sus estudios de Ingeniería y Arquitectura en el Instituto Politécnico Nacional para estudiar en la Universidad Autónoma Metropolitana-Azcapotzalco (UAM-A), donde asegura haber encontrado no sólo una orientación más artística y el gusto por leer, sino el impulso para ejercer el que es su vicio: el trabajo.
Al lado de su maestro, el arquitecto Alberto González Pozo, colaboró en la elaboración de unas monografías sobre las iglesias del Centro Histórico de Oaxaca. Más tarde, el arquitecto Salvador Aceves logró interesarlo en un área poco desarrollada en México: el jardín y el paisaje.
Una especialización en restauración de monumentos y centros históricos, en Florencia, lo puso en contacto con los maestros Salvatore di Pasquale, Angelo Calvani, Guido Ferrara y Luigi Zangheri, que le dieron la pasión por la restauración y el jardín.
“La experiencia italiana me dejó tatuado, porque el profesor Aldo Rossi —Premio Pritzker de Arquitectura— me invitó a colaborar en su despacho con proyectos de gran relevancia... ( ). Él tiene un concepto de ciudad muy importante, pues no es sólo sus edificios, sino el conjunto del espacio público.
“De ahí mi pasión por la arquitectura contemporánea, porque ningún edificio puede estar en el desierto ni tampoco en el mar; siempre tiene un contexto y éste es el que hay que trabajar.”
Tengo un vicio, que es estudiar sobre la arquitectura y sobre todo la historia y los cronistas. Una de mis pasiones es leer a (Francisco Javier) Clavijero.
También leo sobre las historias de las ciudades, aspectos de metodología y los nuevos conceptos de arquitectura y restauración. Siento que me falta otro tipo de literatura, pero no tengo tiempo. A (José) Saramago lo tengo pendiente. Es una deuda.
No recuerdo en qué libro que hojeé dice que están acabando con las montañas, están acabando con los ríos; están acabando con todo, pero paisajes aún quedan.
Y lo artístico. Vemos concursos internacionales tan en boga que son ejercicios encerrados en sí mismos, de “dibujismo”.
Ahora los ganan por el mejor dibujo en Autocad o por los grandes renders o visuales en 3D, pero están vacíos en relación con el concepto, el conocimiento del paisaje, el territorio y sobre todo la sociedad que lo ocupa.
Sobre todo escribo en relación con la historia del paisaje del jardín en México. El primer artículo publicado en el Compendio mundial de jardines de la Universidad de Oxford es de mi autoría, junto con Lorenza Tovar y de Teresa.
Mi pasión y recreación es el proyecto, así como viajar. Me interesa conocer lo que se hace en el mundo, en nuestro país, y verlo de manera tangible. Conocer otras culturas y nuevos idiomas como el japonés, pues hablo italiano, estudié francés e inglés.
Sobre todo me gustan las ciudades históricas. Y la arquitectura contemporánea en esos contextos históricos: el verla, observarla, criticarla, entenderla... Por qué frente a la catedral de Viena, Hans Hollein hace un edificio de vidrio que crea escuela. La Fundación Cartier de Jean Nouvel en París; Washington, este gran proyecto de Thompson, esos grandes ejes con perspectivas enormes... Roma también es una pasión extraordinaria, pasear por las calles del Trastevere, del Aventino... es una delicia conocer todos estos sitios y compararlos con nuestra ciudad.
Tengo una investigación interesante que quiero proponer a mi tutora de tesis, Pilar Tonda, que es una melómana (yo soy un mero aficionado) acerca de la música relacionada con el paisaje y los jardines: (Jean Baptiste) Lully y (Antonio) Vivaldi.
También me llama la atención la música popular. A donde voy trato de conseguirla y veo que hay un hilo conductor, pues los instrumentos tienen mucha relación con el paisaje. La vihuela de Jalisco, por ejemplo, está hecha con madera de ahuehuete.
Desafortunadamente. Pero sigo practicando el croquis. Puedo identificar a un arquitecto cuando lo veo plasmar una línea sobre papel. Ya puedes manipular completamente los ambientes a través de las realidades virtuales, pero la arquitectura jamás cambiaría sin el croquis, sin el sketch, sin las ideas primigenias plasmadas en papel y lápiz.
Basta ver la arquitectura del árbol para entender la importancia del espacio abierto. Y no ver al árbol como un adorno urbano, ya que incide en el mejoramiento ambiental y la calidad de vida de una ciudad.
Esta ciudad habla muy mal de los urbanistas; no se planifica y ahí están los segundos pisos del Periférico y el nuevo distribuidor vial en la calzada Ignacio Zaragoza, como ejemplos. Igualmente los caseríos de Geo y Ara que crecen agrediendo completamente el paisaje sin importar la calidad de vida. Es la especulación del territorio al máximo sin ver lo que va a traer un conglomerado de esta índole. La ciudad ya no es susceptible de desarrollo urbano.
Tutelar el territorio y el paisaje con normas mucho más severas. No legalizar lo ilegal, porque cuando hay un asentamiento irregular a los pocos años se legaliza a través de los planes de desarrollo urbano. Yo no entiendo cómo les dan autorización para construir miles y miles de casas destruyendo todo.
He plantado algunos árboles importantes que tienen que ver con nuestra cultura, nuestras raíces: en Palacio Nacional, la Universidad Autónoma Metropolitana Azcapotzalco, Chapultepec, Culhuacán. También he escrito sobre metodología, la historia y mis proyectos.
Al Alzheimer histórico... a perder la memoria histórica, como lo ha hecho esta ciudad. Es lo peor que puede pasarle al ser humano porque tiende a no ser racional.
Quisiera imaginarme cómo eran los jardines de los antiguos mexicas.
El Nuevo Códice Florentino menciona que eran cuadrantes bardados con varas, que había tanques de agua con peces y aves, y también miradores. Me interesaría muchísimo hacer una restitución virtual de los jardines de Moctezuma, de Nezahualcóyotl, del señor de Oaxtepec. No hay mejor lugar para recrear el espíritu que un jardín.
::: Noticia generada a las 11:45 AM
jueves, enero 31, 2008 :::
Fuente: ONCE Noticias (México)
Fecha: 30-1-08
Autor: Rafael H. Guadarrama
-
Instalan jardines en azoteas para mejorar la calidad del aire
México
Metro a metro la expansión de concreto en la Ciudad de México, ha agotado las áreas verdes necesarias para garantizar un aire limpio.
“Cuando la Organización Mundial de la Salud recomienda que tengamos por lo menos 15 metros cuadrados por habitante, aquí en la ciudad de México no tenemos ni siquiera tres metros cuadrados de áreas por habitante, entonces estamos muy por abajo y la contaminación es sumamente elevada”, indicó Jerónimo Reyes Santiago, encargado de la Colección Nacional de Crasuláceas y Cactáceas de la UNAM.
Para resolver esta situación, expertos de la UNAM se propusieron hace seis años la reconquista de las áreas verdes, a través de un proyecto denominado azoteas verdes.
El objetivo es aprovechar las características de plantas de la familia crasuláceas, como la Siempre Viva, para plantarse en azoteas, y además de un bonito jardín, tener en casa una trampa eficiente de dióxido de carbono que contribuya a limpiar el aire capitalino.
Las crasuláceas además de resistir temperaturas extremas, no requieren de riego constante. Para sobrevivir les basta el agua que reciben de la lluvia.
“Generalmente tienen cerca de 80% de agua en su cuerpo y no la sueltan, tienen un metabolismo que les impide fugas de agua, de manera que pueden vivir muy bien en una azotea donde la incidencia de radiación solar es elevada y también el frío”, indicó Reyes Santiago.
Para instalar una azotea verde se requiere una casa que no presente riesgo de desplome. El suelo artificial se refuerza con impermeabilizantes que impidan el paso de humedad. Se abren canales para drenar los excesos de lluvia.
Las azoteas verdes también tienen como ventaja que regulan la temperatura de una casa, por lo que su interior se mantiene agradable. Los expertos investigan y desarrollan nuevas variedades de plantas que puedan resistir mejor las condiciones de las azoteas.
“Una planta que tolere más la luz, más el frío, más la humedad, más la sequía”, manifestó Omar González Soriano, de mantenimiento de Colección de Crasuláceas de la UNAM.
También, analizan nuevos acomodos para ampliar las áreas verdes, como jardines colgantes o bien, un nuevo tipo de muros verdes.
Se estima que cada metro cuadrado de azotea verde requiere una inversión de 800 a mil pesos. En la ciudad, la UNAM ha montado seis.
::: Noticia generada a las 7:42 PM
miércoles, enero 30, 2008 :::
Fuente:
Agoranews
Fecha: 15-1-08
Gilles Clément. Nove giardini planetariLa prima monografia in italiano dedicata al paesaggista francese di rilievo internazionale; il volume unisce la spiegazione del suo pensiero alla documentazione visiva e tecnica dei suoi progetti
I progetti e le idee di Gilles Clément sono oggi un punto di riferimento fondamentale per tutte le persone interessate ai temi del paesaggio: il suo lavoro ci riguarda tutti urbanisti e giardinieri, politici e operatori dell’amministrazione, architetti e semplici appassionati perché affronta alla radice, sollecitando riflessioni e confronti, i temi cruciali della natura, dell’ambiente e del paesaggio. Continua Alessandro Rocca, architetto e critico d'architettura: La sua iniziativa non offre soluzioni belle e pronte ma un modo di pensare che sovverte abitudini e luoghi comuni e che introduce, nel nostro rapporto con la natura, un’incredibile quantità di energia, di libertà e di creatività.
La prima sezione del libro si sviluppa attorno a due testi paralleli: uno di Alessandro Rocca che contestualizza il lavoro di Gilles Clément nel panorama del paesaggismo francese ed europeo e introduce i principi cardine del lavoro di Clément quali il “giardino in movimento” interpretazione e sviluppo delle energie presenti sul luogo; il “terzo paesaggio” che comprende il territorio residuo, sia rurale che urbano, e l’incolto; il “giardino planetario” risultato della combinazione tra l’osservazione nomade e un’ipotesi.
L'altro testo, dello stesso Gilles Clément, definisce in maniera precisa la sua visione del paesaggio e il suo approccio alla progettazione. Scopriamo così che la biodiversità si annida in luoghi impensati quali i margini delle strade e le aree abbandonate. Queste diventano così “terzo paesaggio”, un nuova frontiera su cui il paesaggista opera dando vita a meravigliosi giardini di piante spontanee che non hanno quasi bisogno di manutenzione ma che diventano ecosistemi preziosissimi. Si fa largo con forza l’idea di un nuovo tipo di giardino, il “giardino in movimento”, in cui il giardiniere lavora insieme alla natura assecondando i suoi mutamenti nel tempo, secondo le stagioni e regalando al lettore una serie di strategie minime per progettare il proprio giardino con poche risorse economiche e con un risultato di sicuro impatto estetico. Tutto il lavoro di Clément è improntato verso un discorso ecologico che trova il suo centro nel concetto di “giardino planetario”, esemplificato in una mostra di successo alla Grande Halle della Villette (1999), il quale è una visione dell’intero pianeta come di un ambiente ecologico unitario, un sistema interdipendente in cui tutti siamo ospiti attivi e passivi, e in cui tutti i nostri gesti si ripercuotono nell’armonia, o nella dissonanza, dell’insieme.
Nella seconda parte del libro vi è una lunga intervista realizzata nel giardino sperimentale di Clément a La Vallée. Gilles Clément descrive il suo modo di lavorare spiegando la sua posizione nei confronti di temi importanti quali l’ecologia, il rispetto per l’ambiente, il rapporto dell’uomo con il mondo vegetale e animale. Segue la parte illustrata in cui sono presentati i nove giardini che rappresentano il meglio dell’opera di Gilles Clément, tutti gli interventi sono situati in Francia, tranne uno situato sull’isola di Réunion. Circa duecento fotografie a colori ed una cinquantina di disegni tecnici documentano ciascun progetto nel dettaglio. Di ogni giardino viene illustrata la componente architettonica, i principi che regolano l’organizzazione dei diversi spazi e le relazioni che intercorrono tra essi; allo stesso tempo anche la componente botanica viene analizzata specifi cando le caratteristiche di tutte le essenze utilizzate ed evidenziando il modo in cui piante molto diverse tra loro possono convivere in uno stesso ambiente.
Per le sue caratteristiche di spettacolarità e per l’intensità del pensiero dell’autore, il libro si rivolge anche a un pubblico di non specialisti comunque interessati ai temi compresi tra il giardino e l’ecologia.
Gilles Clément. Nove giardini planetari
di Gilles Clément
a cura di Alessandro Rocca
Prezzo € 35,00
Editore 22 Publishing
::: Noticia generada a las 12:22 PM
domingo, diciembre 09, 2007 :::
Fuente: Le Courrier du Vietnam
Fecha: 12-11-07
La maison-jardin ou reflet de l'art de vivre à la huéenne
Les nhà vuon ou maisons-jardins de Huê sont un des nombreux héritages de la dynastie des Nguyên. Autrefois résidences privées des mandarins, des membres de la famille ou de la cour royales, ce sont actuellement des lieux qu'aiment visiter les touristes. Là, ni luxe ni magnificence, juste un parfum d'harmonie qui flotte et vous enivre...
Un samedi matin comme les autres à Huê. Le soleil, qui vient de franchir la cime des arbres, commence à peser bien lourd sur les épaules des touristes. Le bon moment pour aller découvrir les nhà vuon (nhà : maison, vuon : jardin), et notamment la plus prestigieuse d'entre elles : la maison-jardin An Hiên. Bâtie en 1895, autrefois résidence privée de la 18e fille du roi Duc Duc, elle couvre presque un demi-hectare sur la rive gauche de la rivière des Parfums. Un lieu ombragé, idéal pour la réflexion, reflétant bien l'art de vivre à la huéenne, et qui a changé plusieurs fois de propriétaire. Elle appartient maintenant aux descendants de Nguyên Dinh Chi, qui l'a acquise en 1936 alors qu'il était gouverneur de la province de Hà Tinh (Centre). "Après sa mort, sa femme Dào Thi Xuân Yên a transplanté plusieurs espèces de plantes dans le jardin de sa famille”, a fait savoir Mme Ky, propriétaire actuelle, belle-fille de Nguyên Dinh Chi. Dào Thi Xuân Yên était la rectrice du lycée Dông Khanh de Huê, réservé aux filles, actuellement lycée Hai Bà Trung. Elle était aussi députée des 6e et 7e législatures de l'Assemblée nationale. Une femme de poigne, qui n'a pas hésité à diriger une grève scolaire contre l'administration française !. Dans le jardin, les fleurs les plus anodines comme jasmin, tournesol ou églantier… côtoient les plus nobles comme orchidées et même roses importées d'Europe. Il a aussi quelques "stars végétales" dont un sapotier offert il y a 70 ans par le Docteur Mai, arrière-petit-fils du grand poète Nguyên Du.
Mme Ky ouvre volontiers son jardin aux groupes de touristes, qui adorent batifoler dans le verger où cohabitent des arbres fruitiers des 3 miên (régions) du pays : Nord, Centre et Sud. Ils se laissent emporter par le charme du site et tentent d'imaginer la vie des lettrés et autres personnages importants de la société féodale d'antan.
Recherche d'harmonie entre l'homme et la nature
La dynastie des Nguyên a régné pendant près d'un siècle et demi, autant dire largement le temps pour le style architectural des maisons-jardins de s'affirmer. La plupart des maisons-jardins se trouvent en banlieue et dans les villages environnants. À l'époque féodale, on appréciait aussi, semble-t-il, de se ressourcer en campagne. Elles ont comme points communs d'être entourées d'une haie - de théiers ou d'hibiscus -, et d'avoir un joli portique d'entrée surmontée d'un petit toit. L'allée qui mène à la maison est souvent bordée d'abricotiers et parfois d'un bassin à lotus. Située au milieu du jardin, entourée de verdure, la maison principale est précédée d'un binh phong ou "écran" en maçonnerie, élément de défense magique contre l'influence nocive du vent.
La maison typique est le nhà ruong, en bois, à toit de tuiles. Le bois est résistant à l'humidité et aux insectes : gie luoi (chêne vietnamien), gu (sindora), lim (bois de fer)…
Le tout repose sur un système de colonnes, souvent une cinquantaine. Le modèle ordinaire comporte 3 ou 5 travées principales et 2 autres aux extrémités ou apprentis. L'autel des ancêtres se trouve au milieu de la travée centrale.
Selon une étude, Huê compte environ 7.000 maisons-jardins. Des dizaines sont devenus très célèbres comme Ngoc Son công chua où vivait la princesse Ngoc Son (fille du roi Dông Khanh), An Hiên, Vinh Quôc Công, Lac Tinh Viên, etc.
La municipalité compte bien évidemment tout faire pour protéger ce patrimoine exceptionnel. De 2006 à 2010, la province de Thua Thiên-Huê devrait ainsi débloquer 20 milliards de dôngs pour en restaurer environ 150, considérées comme les plus typiques d'un point de vue architectural et végétal. Selon le Comité populaire de la ville de Huê, un Fonds de conservation des maisons-jardins devrait être créé, alimenté partiellement par l'État.
Il va sans dire que les Huéens sont très fiers de leurs maisons-jardins, qu'ils considèrent comme une partie de l'identité culturelle et historique de leur ville, au même titre que la Cité interdite, la gastronomie, la musique de cour, l'art de dégustation du thé... Et puis les maisons-jardins huéennes reflètent bien la quête perpétuelle de leurs ancêtres : l'harmonie. Entre l'homme et la nature, entre le temporel et le spirituel, entre les hommes eux-mêmes et avec soi-même…
Quelques adresses de maisons-jardins à Huê :
* Maison-jardin An Hiên : commune de Huong LongTél : (84-54) 52 36 47
* Maison-jardin Lac Tinh : 33, rue Phan Dinh PhùngTél : (84-54) 83 32 37
* Maison-jardin Ngoc Son công chua : 29, rue Nguyên Chi ThanhTél : (84-54) 52 54 11
* Ty Bà Trang : 51, rue Ông Ich KhiêmTél : (84-54) 52 42 54
* Tinh Gia Viên : 20/3, rue Lê Thanh TônTél : (84-54) 52 22 43
* Maison-jardin Y Thao : 3, rue Thach HanTél : (84-54) 52 30 18
Long Hoàng/CVN
::: Noticia generada a las 5:29 PM
domingo, septiembre 30, 2007 :::
Fuente: ABC
Fecha: 30-9-07
Autora: Patricia Espinosa de los Monteros
-
Otoño Rutas de los paisajistas
-
Víctor Hugo dijo que produce una inmensa tristeza pensar que la naturaleza habla mientras el género humano no escucha y hay mucho que escuchar en los jardines en otoño: que escuchar, que oler, que tocar o que saborear, sin contar con los miles de colores que invaden la mirada cuando el paisaje parece envuelto en llamas.
Los que mejor nos lo pueden contar son un grupo de paisajistas españoles a los que hemos acudido. A todos ellos les han salido los dientes paseando por caminos, rastrillando hojas secas, coleccionando castañas o subidos a un árbol. De las manos de su padre, madre o abuela, eso no importa, han aprendido a diferenciar las estaciones en plena naturaleza, a escuchar su música, a palparlas y a olerlas.
María Medina, Mónica Luengo, Fernando Valero, Eduardo Mencos y Fernando Caruncho son cinco de nuestros grandes paisajistas en un país que recientemente está reconociendo la importancia de su trabajo. Un país como España, de gran tradición jardinera, antiquísima en realidad, pero que en algún momento la perdió hasta que ellos han recogido el testigo. Entre todos suman más de cien años de experiencias, muchos libros, conferencias y montañas de planos y proyectos de jardines. Sus obras están por todas partes, desde Italia hasta Nueva Zelanda, pero... no les gusta hablar de su trabajo, prefieren pasear.
María Medina
Es la veterana del grupo, con treinta años de profesión. Iba al colegio atravesando el sevillano parque de María Luisa y esto marca, como también lo hizo su padre, arquitecto, del que aprendió a valorar la naturaleza y la concepción del espacio. Con cientos de jardines a sus espaldas, en una trayectoria abierta al mundo y a todas las épocas, es obra suya el plan director del jardín del Palacio de La Granja. También es autora de los jardines de la casa del Príncipe Don Felipe y de Su Majestad el Rey. El que diseñó para el museo Picasso de Málaga fue la llave para colaborar con Richard Rogers &Partners para la nueva sede de Abengoa.
Le gusta el otoño porque el comienzo del deshoje es el de mayor color y el más espectacular en la naturaleza. Cuando las temperaturas bajan y hay menos horas de luz —explica— las hojas dejan de producir clorofila verde para tornarse amarillas o anaranjadas. «De hecho, se pueden “fabricar” otoños si sabemos formar grandes masas arbóreas y hacer que combinen las distintas texturas y colores en función de sus hojas doradas y rojas y de sus frutos».
¿Que destacaría? «Quizás dos árboles por su despliegue de color en esta época, el Cercidiphyllum japonica (cercidofilo del Japón o árbol de Katsura), pues sus hojas pasan de verdes a amarillas para volverse anaranjadas y terminar totalmente rojas, y el Acer japonicum (arce), que une a sus colores la delicadeza y perfección de sus hojas. Los tonos rojizos de los fresnos y de los mismos arces tienen un proceso que se produce sólo durante el otoño y todavía no está bien estudiado».
¿Recomienda algún jardín? «Depende de mi estado de ánimo que me incline por uno o por otro, pero todos me hacen disfrutar». ¿Y la mejor manera de hacerlo? «Lo mejor es pasear por los jardines del Príncipe en Aranjuez y si además hay niebla, mejor. Pero para apreciar todos los tonos, yo recomendaría disfrutar del espectáculo que nos ofrece la naturaleza en un hayedo o, simplemente, contemplando como cambia de color un acer bajo mi ventana».
Fernando Valero Artola
Lleva treinta años de profesion, que estudió en Batres. No cree en un estilo determinado de paisajismo, «manda siempre el entorno antes que lo que quieras imponer». Entre sus obras públicas figuran centros comerciales, desarrollos de urbanismo en la Costa del Sol y ahora el paisaje del vino, alrededor de varias bodegas.
¿Por qué prefiere el otoño? «Porque una vez pasados los tórridos días veraniegos, el otoño con sus últimos días soleados y los primeros fríos que anuncian el invierno, lo hacen ideal para pasear por cualquier lugar con árboles caducos. Choperas castellanas, riberas de ríos y jardines al atardecer son los lugares ideales para disfrutar del otoño».
¿Y algún jardín? «Sin duda el Jardín de la Isla, en Aranjuez, en cualquier época del año y desde luego también en ésta». ¿Por qué? «Se trata con seguridad del mejor jardín que tenemos en Madrid. Su medida escala, tan humana, y el trazado impecable del eje central lo transforman en uno de los jardines europeos más originales. Es modélico». La mejor manera de pasearlo es «esperar, después de una corta lluvia otoñal, a que salga el sol. Acercarse a Aranjuez, cruzar el puente de la Isla y perderse».
Mónica Luengo Añón
Historiadora del arte, se ha formado en el mundo del jardín de la mano de su madre, también historiadora, la prestigiosa Carmen Añón. Suyos son multitud de jardines privados, la restauración del palacio del Infante Don Luis en Arenas de San Pedro, y del Capricho de la Alameda de Osuna, ademas de colaboradora y autora de varios libros sobre jardines españoles.
¿Qué le gusta del otoño? «Cuanto más al norte, el colorido es mejor, porque las coníferas no cambian, las dehesas y los olivares lo hacen poco, así que hay que dirigirse a los paisajes de hoja caduca. Pero a mí, personalmente, me gustan los ocres de Castilla, la época de la vendimia (alegoría clásica del otoño). Me gusta el paisaje castellano ya recogido y segado, ese vacío, la nada, el infinito, con esta luz ya más baja que destaca los matices».
¿Recomienda algún jardín en especial? «Aranjuez y La Granja son cita obligada, sus imponentes árboles de hoja caduca los convierten en un gran espectáculo; más pequeño pero igual de impactante es el jardín de los Botín en Puente de San Miguel, en Cantabria. No es público, pero sí se organizan visitas guiadas. Su trazado y sus ejemplares de gingko biloba o de liriodendron y alguna de sus hayas son realmente impresionantes».
¿Y la mejor manera de visitarlos? «Aprovechar la luz de estos días, más baja y distinta, y apreciar las sensaciones que produce pisar las hojas, su ruido...».
Eduardo Mencos
Es abogado, pero con una vocación dirigida hacia la fotografía y el cine que estudió en el American Film Institute de Los Ángeles. Esta formación le ha influido enormemente en su forma de concebir el jardín, las luces, la puesta en escena, el dramatismo. En la Politécnica hizo un máster de jardinería, aunque asegura que todo lo que sabe lo aprendió de su abuela, la Marquesa de Casa Valdés, la gran dama de la jardinería, que escribió el libro de consulta esencial de todo especialista: «Jardines de España». Resalta de sus últimas obras las gasolineras de Repsol y un jardín en Segovia con un estanque-baño romano. Tiene a punto de ver la luz, editado por Blume, un nuevo libro sobre paisajes de España en claroscuro, con fotos personales que dan la vuelta a muchos tópicos.
«Perderse el otoño —pasearlo, olerlo, sentirlo— es perderse la vida. El otoño es una explosión luminosa de colores encendidos, donde la naturaleza, antes de echarse a dormir, nos regala sus más fulgurantes colores de la vida que se va, mientras nos promete otra que despierta tras el invierno. Un paseo lo considero obligatorio». Aconseja recorrer «Valsaín y los jardines de La Granja. Aranjuez y la Serranía de Cuenca, Guadix, la Alhambra y el Generalife, la Selva de Irati y el Señorio de Bértiz...»
¿Su favorito? «Los de Aranjuez son, quizá, la máxima expresión de lo que los jardines pueden hacer por nosotros: ese oasis de impresionantes árboles que nos traslada a otro mundo mágico y poético, y que surge como un milagro en medio del páramo castellano. Pero hay que estar atentos a todo. Si miras los árboles desde varios ángulos, verás cómo la luz pinta sobre ellos de muy diversas maneras... La cámara de fotos invita a fijarte en las cosas».
Fernando Caruncho
Formado tambien en la escuela paisajista de Batres, tiene más de 130 jardines proyectados, además de colaboraciones con los más diversos estudios de arquitectura. Entre sus obras recientes se encuentra el jardín de la Embajada de España en Tokio, uno privado en Oakland, otros en Nueva York, en Florida y el del Golf Resort de Marraquech. Se siente orgulloso de la terraza de los laureles en el Botánico y del trabajo para la Universidad de Deusto y hace suya la frase de Epicuro de que el conocimiento sólo se logra a través del jardín. «En esta estación se da la “segunda floración” del año. Es una de las estaciones mágicas del jardín. Lo que de especial tienen las cosas es lo invisible, es decir, “aquello que está en la vibración del aire, en la música callada, en la soledad sonora”, como diría nuestro poeta Bergamín, de quien recomiendo su maravilloso libro, «El otoño y los mirlos», que siempre releo con renovada emoción, en otoño».
-
Un paseo? «Para mí hay dos jardines extraordinarios. Además del jardín del Retiro y del Real Jardín Botánico, es también maravilloso, por su escala, el jardín privado del Museo Sorolla, en Madrid. Fuera de Madrid, recomiendo sin duda el de La Granja de San Ildefonso y el hayedo de Montejo, al pie de Somosierra. También recomendaría Irati, en Navarra. No quiero olvidar la Alhambra, sin duda un paseo a primera hora de la mañana con el otoño bien entrado quedará siempre en la memoria».¿Cómo «sentir» un jardín? «Solamente tengo un consejo: sentarse a primera o a última hora del día para observar la plenitud del celaje de los árboles y ver reflejarse la luz en los estanques hasta descubrir que se transforma en agua y el agua se transforma en luz».
::: Noticia generada a las 12:12 PM
Fuente: Informativos Telecinco
Fecha:29-9-07
París se conecta a Internet sin cables
La capital francesa estrena el acceso gratuito a Internet vía wifi en 225 jardines, parques, bibliotecas, museos y sedes de asociaciones. Los usuarios de ordenadores que dispongan de tarjeta wifi podrán acceder a Internet sin necesidad de cables en todos estos lugares.
El alcalde de París, Bertrand Delanoe, ha tomado como ejemplo San Francisco y se ha apoyado en el Consejo Regional de Ile de France, que le presta la financiación, para poner en marcha esta iniciativa.
De momento, el ancho de banda está limitado a ocho megas por punto con un máximo de veinte usuarios, lo que impide la descarga de archivos pesados. El horario también tiene límites.
Por la noche, el cierre de los edificios públicos y los jardines hace que la red no esté disponible. Sin embargo, los usuarios pueden conectarse a cualquier hora desde dos puntos: la explanada del Ayuntamiento y los Campos de Marte, cerca de la Torre Eiffel.
El servicio wifi se puso en marcha el pasado julio pero surgieron problemas de conexión. Hasta finales de octubre, está previsto llegar a los 400 puntos de conexión, de los cuales más de la mitad serán zonas verdes. LGC
::: Noticia generada a las 11:56 AM
sábado, septiembre 29, 2007 :::
Fuente:
Le MatinFecha: 24-9-07
Les jardins de Marrakech
Refuge pour les habitants en quête de quiétudeL'importance des jardins et des espaces verts au sein des centres urbains n'est plus à démontrer, notamment dans une ville comme Marrakech où ces espaces ne cessent de se transformer, chaque soir, en un véritable refuge et un lieu de rencontres incontournable pour amis et proches, en quête de quiétude et de détente, surtout après une journée de jeûne.Presque abandonnés durant toute la journée, ces espaces commencent à accueillir des visiteurs de tout âge, notamment après 19h et jusqu'à des heures tardives de la nuit, ce qui soulève la question de savoir si ces jardins sont équipés de manière à garantir confort, sécurité et bien être aux visiteurs, notamment ceux qui fuient le vacarme et l'agitation accrue des boulevards et des cafés durant les soirées du mois sacré du Ramadan.
Approchés par l'agence MAP, plusieurs visiteurs de ces espaces ont salué l'initiative d'aménagement des anciens jardins historiques de Marrakech, ainsi que la création de nouveaux espaces verts, à un moment où la ville ocre s'urbanise à une vitesse de croisière, au détriment de ces espaces, et connaît une croissance démographique accrue et une circulation dense et des embouteillages quasi-permanents.
De tels changements, ont-ils poursuivi, ne peuvent être appréhendés séparément de leurs répercussions directes sur les habitudes et les pratiques quotidiennes des habitants d'une cité connue, par le passé, par son calme, sa propreté et son climat salubre.Ils ont, dans ce sens, tenu à rappeler que ces jardins publics constituent les poumons de la ville et un lieu de distraction pour des milliers de personnes, notamment celles dont les moyens ne leur permettent pas de fréquenter d'autres endroits privés tels les cafés et les clubs.I
l est indispensable d'accorder à ces espaces tout l'intérêt qu'ils méritent, en plaçant leur gestion au centre des préoccupations des autorités locales et de recourir pour ce faire à l'expérience de sociétés spécialisées, estiment certains, citant à titre d'exemple Arsat Moulay Abdessalam entretenue dans le cadre d'un partenariat avec le premier opérateur national des télécommunications, les Jardins El Harti et les jardins de la Ménara, considérés actuellement comme étant des modèles en termes de propreté et de sécurité.
Ils ont également suggéré de doter ces espaces verts de petits points de vente bien aménagés et réunissant toutes les conditions d'hygiène et de propreté, au lieu de laisser le terrain libre aux vendeurs ambulants qui proposent leurs marchandises à des clients (glaces, jus, sandwichs..), sans le moindre contrôle ou observation des règles d'hygiène.
"La mise en place de ce genre de microprojets, à l'instar de ce qui se passe à l'étranger, permettra la création de nouveaux emplois, de lutter contre l'informel et surtout de préserver la santé des consommateurs, notamment durant les périodes à risque comme l'été où ces lieux sont hautement fréquentés", ont-ils expliqué.
"Si certains espaces verts peuvent servir d'abri pour des délinquants et des SDF, il appartient aux services compétents de renforcer la sécurité dans ces lieux en y effectuant des rondes régulières, afin de lutter contre toute pratique pouvant porter atteinte à l'ordre public et à la sécurité des biens et des personnes", ont-ils dit.
Ils ont estimé nécessaire également de mener des campagnes de sensibilisation auprès des populations pour leur montrer l'importance de ces espaces, tout en les invitant à contribuer au maintien de la propreté de ces endroits et au respect de la nature et de la végétation par un simple changement de comportement et davantage de civisme.
Concernant la fréquentation de ces espaces verts, ils ont tenu à rappeler qu'un tel phénomène ne date pas d'aujourd'hui, mais remonte à des siècles passés, faisant savoir qu'il figurait au c ur même des traditions des anciennes familles marrakchies qui avaient l'habitude de fréquenter -souvent en groupe- les vieilles "Arsates" (jardins) de la cité des sept saints.
Partir en "N'zaha" (pique-nique) dans les Jardins de la Ménara, de l'Agdal et autres, munis le plus souvent de tapis, d'instruments de musique et de sacs bien garnis de vivres relevait du quotidien des marrakchis qui, autrefois, éprouvaient la joie de vivre dans une ville-jardin conçue pour accueillir ses visiteurs à bras ouverts, ont-ils conclu. Contacté par l'agence MAP, un responsable au Conseil communal de la ville a fait savoir que la superficie totale des espaces verts dans la cité ocre avoisine les 350 ha, sans compter la palmeraie de Marrakech (10.000 ha), l'oliveraie de l'Agdal (500 ha) et l'oliveraie de la Menara (80 ha).
Il a, dans ce sens, tenu à préciser que si le ratio des espaces verts par habitant (reconnu mondialement) est de 10m2/habitant, cette moyenne est de 11 m2 par habitant à Marrakech, notant que le conseil communal accorde un intérêt particulier à l'aménagement et à l'entretien de ces espaces. Si le budget total alloué aux espaces verts a été estimé en 2006 à 9.500.000 DH, dont 6.000.000 DH consacrés au fonctionnement et 3.500.000 DH réservés à l'équipement, ce budget est passé à 11.000.000 DH en 2007 (7.000.000 DH pour le fonctionnement et 4.000.000 DH pour l'équipement), a-t-il précisé.
Il a, en outre, mis en lumière les actions menées par le conseil communal de la ville pour la préservation de ces espaces, notamment l'implantation de milliers de fleurs et d'arbres, la création de jardins le long des boulevards et le développement des jardins des quartiers résidentiels.
Les actions du Conseil portent également sur l'aménagement en cours de certains grands parcs urbains, à l'instar des jardins historiques d'Agdal Ba H'mad étalés sur une superficie globale de 11 ha, avec une enveloppe budgétaire 18 millions de DH à la charge du secteur privé. Une action non moins importante concerne la régénération de la palmeraie de Marrakech, notamment avec la mise en place sur 15 ha d'une pépinière communale d'une production annuelle de 100.000 plants et la plantation de 80.000 palmier-dattiers dans la palmeraie et les différents espaces verts de la cité ocre.
Avec la mise en place de nouveaux jardins et espaces verts et l'aménagement et la préservation de ceux déjà existants, la cité ocre ne peut que préserver son image envoûtante de ville-jardin et sa place de choix, en tant que l'une des cités les plus verdoyantes du Royaume.
::: Noticia generada a las 11:58 AM
jueves, septiembre 06, 2007 :::
Fuente: Al-Ahram
Fecha: 5-9-2007
Autora: Amira Samir
Egypte Ancienne . Au rythme des crues du fleuve, les Egyptiens de l’Antiquité ont fait de leur vallée un des plus beaux jardins du monde. S’intéresser à la diversité de ces vastes espaces verts finement cultivés et organisés peut être l’occasion d’une belle promenade.
Un éden pharaonique
Les Egyptiens ont été de grands amateurs de jardins et des espaces verts. Les textes et les peintures des tombes nous font connaître ce goût des Egyptiens pour les fleurs et l’ombre des arbres des jardins : les morts souhaitent venir se poser sur les branches des arbres qu’ils ont plantés et ils souhaitent se reposer à l’ombre des sycomores.
Les jardins de l’Egypte ancienne étaient une oasis de fraîcheur et une marque de raffinement. Ils sont assez bien connus grâce aux dessins et inscriptions retrouvés sur les tombes, qui révèlent que même les morts possédaient leurs propres jardins dans lesquels ils venaient goûter les fruits à la fraîcheur de la nuit. Les vivants, eux, cultivaient de somptueux jardins, mais jamais uniquement dévolus au seul agrément : ils produisaient tous des fruits, du vin, des légumes et du papyrus. Les jardins égyptiens étaient souvent des jardins maraîchers destinés à l’approvisionnement des populations des villes ou des habitants des déserts.
Dès le début de l’Ancien Empire, Meten, qui vivait sous Snéfrou, possédait autour de sa demeure un jardin d’un hectare, pourvu d’une pièce d’eau, où l’on trouve déjà mentionnés la vigne et le figuier. Mais c’est surtout au Nouvel Empire que nous connaissons les jardins, qui étaient alors très répandus. Anna, qui vivait au début du Nouvel Empire, s’est fait représenter avec sa femme devant son jardin, qui était son orgueil, car il y avait fait venir vingt-huit espèces de plantes, qui formaient un jardin de près de 500 arbres, parmi lesquels on trouve différentes sortes de palmiers, dont une variété très rare, puisqu’il n’y en avait qu’un des sycomores, des figuiers, des grenadiers, des perséas, des pieds de vigne, des saules, des tamaris, des acacias, des ifs, des balanites, des jujubiers ; les autres espèces restent encore à identifier.
Ainsi en était-il des riches demeures qui se trouvaient au fond des jardins, noyées dans la verdure et les fleurs. Les jardins étaient clos de hauts murs et souvent pourvus de portes monumentales. Les allées étaient tracées parallèlement et se coupaient à angles droits, formant des parterres rectangulaires plantés d’arbres et de fleurs. Des kiosques légers étaient édifiés sous les arbres où les maîtres de logis venaient prendre leurs repas ou se reposer en regardant les oiseaux et les fleurs.
Tous les jardins étaient pourvus d’une pièce d’eau, souvent de grande taille, carrée ou rectangulaire. Des lotus et des papyrus s’épanouissent à la surface et abritent des poissons et des grenouilles, tandis que les canards y nagent avec délice. On y descend par quelques marches et une barque légère est amarrée devant l’escalier, attendant les maîtres pour leur promenade. Ces jardins possédaient aussi des potagers, qui demandaient un grand entretien. C’est pourquoi les propriétaires aisés occupaient une quantité de jardiniers, dont la tâche la plus importante était l’arrosage, les potagers étant pourvus de chadoufs. Les gens moins aisés possédaient aussi des jardins plus exigus, et seuls les pauvres, entassés dans des masures dans les grandes villes, ne jouissaient pas de ce plaisir.
Les rois du Nouvel Empire entouraient leurs palais de jardins plus vastes encore : Aménophis III se fit bâtir un palais pourvu d’un immense parc à l’ouest de Thèbes. A Amarna, Akhenaton fit planter plusieurs jardins. Mais c’est surtout Ramsès III qui se distingue en restaurant les jardins de l’Egypte, renouvelant les plantes, créant des nouveaux jardins et faisant curer les canaux abandonnés qui apportaient aux plantes l’eau vivifiante.
Pour toutes les classes
La tombe d’Amenemheb comporte une remarquable représentation de jardin : celui-ci est particulièrement vaste et, en dépit du style raide de la décoration, bien détaillé. Le jardin de Nebamon, plus modeste, comprend un bassin en T entouré de quelques arbres et, surtout, une treille soutenue par d’élégantes colonnettes à chapiteau papyriforme. C’est sous le règne de Thoutmosis IV que Nebamon commença sa carrière. Il reçut le titre de porte-étendard du bateau royal. Sans autre action d’éclat, il poursuivit son activité sous le règne d’Aménophis III. La modestie de sa tombe reflète bien la brièveté de sa carrière officielle.
La nature du terrain et le régime de l’inondation désignaient la vallée du Nil pour être avant tout une terre à plantes annuelles : alimentaires, textiles, tinctoriales, médicinales, auxquelles s’ajoutent les plantes d’agrément.
L’orge, « iôt », et le froment amidonnier, « bôti », sont les plus anciennes céréales connues des Egyptiens, car leur nom est écrit selon le procédé idéographique le plus ancien : l’orge avec trois grains et le froment avec un épi. Les autres espèces de céréales connues plus tard sont écrites en caractères phonétiques. La culture du lin est très souvent associée à celle des céréales sur les bas-reliefs de l’Ancien Empire. On reconnaît sur ces mêmes bas-reliefs la laitue, l’oignon, la pastèque et les concombres. Dans des textes égyptiens plus récents, l’ail, le poireau, la fève et la lentille sont cités. L’huile était fournie par le sésame et le ricin. Les médecins savaient que cette huile était purgative, qu’elle faisait pousser les cheveux et calmait certaines maladies de la peau.
Les auteurs classiques mentionnent le coton égyptien, dont le nom indigène n’est pas connu. L’orcanette, la garance, le henné, l’indigo étaient les plantes utilisées par les teinturiers. La vigne était cultivée sous l’Ancien Empire dans le Delta, surtout aux abords du lac Maréotique et du lac Manzala. Cet arbuste est si complaisant qu’il donnait des raisins de différents genres.
Le jardin d’Enené
L’Egypte n’est pas un pays de forêts. Cependant, comme on peut le voir sur des peintures thébaines, la campagne égyptienne n’était pas dépourvue d’arbres. Les Egyptiens aimaient les arbres pour leur beauté propre, pour la fraîcheur que procurait leur ombre et pour leurs fruits. Dans chaque nome existait un verger sacré non loin du temple principal. Un propriétaire de la XVIIIe dynastie, Enené, a fait peindre dans son tombeau le jardin où il avait réuni vingt-trois espèces d’arbres. Le sycomore, « nehet », qui vient en tête de liste, est vraiment l’arbre égyptien par excellence. Il pousse dans les villages, dans les carrefours et même sur les bords du désert, du moment que ses racines peuvent atteindre la nappe d’eau souterraine. C’est un arbre vigoureux, presque aussi large que haut, extrêmement touffu. Le palmier dattier, qui lui est fréquemment associé, est au contraire haut et grêle. Il existait, il existe toujours des boqueteaux et même des bois de palmiers d’une grande étendue, comme celui qui recouvre les vestiges de l’ancienne Memphis. Le palmier doum, dont le tronc se ramifie à quelques mètres du sol, ne se rencontrait qu’à partir de Thèbes. Enené devait être particulièrement fier de montrer à ses visiteurs un palmier d’une hauteur inaccoutumée, nommé coucou, sur lequel un scribe quelque peu botaniste donne des renseignements : O palmier doum, grand de 60 coudées, dans lequel sont des noix de coco. Dans ces noix de coco sont des coques. Dans ces coques est de l’eau. L’endroit où l’on recueille cette eau est lointain.
En effet, sur les 481 arbres du jardin ne figure qu’un seul cocotier. Les figuiers étaient très abondants et, lorsque les figues étaient mûres, singes et enfants participaient à leur manière à la récolte. Les saules, les tamaris, les jujubiers, les balanites, les moringas, les caroubiers, les grenadiers, les chaouabou et d’autres espèces d’identification incertaine complétaient la collection. Le grenadier semble avoir été introduit en Egypte au début de la XVIIIe dynastie. On le reconnaît dans le jardin créé par Thoutmosis III et reproduit dans le grand temple d’Amon à Karnak. Le moringa fournissait une huile appréciée des parfumeurs et des médecins. L’olivier, « djede », qui ne se trouve pas chez Enené, n’est pas mentionné avant le Nouvel Empire. Il s’est facilement acclimaté en Egypte, et Théophraste signale une forêt d’oliviers dans la région thébaine. D’après Strabon, c’étaient les oliviers du Fayoum qui donnaient les meilleurs fruits. L’acacia seyal fournissait un bois de bonne qualité aux charpentiers et aux constructeurs de barques. Le térébinthe, dont la résine, « sonté », servait à encenser les dieux et les morts, poussait dans les oasis et dans le désert, à l’est de Memphis. L’Egypte antique n’a pas connu l’oranger, ni le citronnier, ni le rosier, ni d’autres arbres qui sont de nos jours l’ornement des places et des jardins.
La reine des fleurs
Pour les Egyptiens, qui n’ont pas respiré la rose avant l’époque romaine, la reine des fleurs était la fleur de lotus blanche ou bleue. On en faisait d’immenses bouquets pour décorer les salles de festin. Les femmes à la maison ou en visite tenaient des lotus à la main ou en fixaient sur leurs cheveux. Les hommes ne les dédaignaient pas et se couronnaient de lotus au cours des réjouissances champêtres. La souche tubéreuse de cette plante se mangeait grillée ou bouillie et l’on faisait une sorte de pâtisserie avec les graines pilées. Le lotus, (seshen), est la plante emblématique de la Haute-Egypte. C’est une fleur qui se referme la nuit et s’enfonce sous l’eau. Pour cette raison, elle est devenue le symbole du soleil et de la création, et les Egyptiens pensaient que le dieu Atoum était né d’une fleur de lotus. Symbole de la renaissance, elle était associée à Osiris et au culte funéraire.
Le papyrus (mehyt), plante mystique et emblématique de la Basse-Egypte. Il symbolisait la vie elle-même et le marais dont toute vie était issue. Les Egyptiens pensaient que des piliers de papyrus soutenaient la voûte céleste. Le papyrus servait à toutes sortes d’emplois. On mâchait, comme on le fait aujourd’hui de la canne à sucre, la partie inférieure de la tige. Le reste servait à faire des paniers, des corbeilles, des cages et des bateaux légers. Malgré tout, son principal emploi était la fabrication d’un papier aussi approprié pour l’écriture que pour l’illustration et qui se conserve indéfiniment. Les papyrus formaient au nord de l’Egypte d’épais fourrés. Les tiges, dont la hauteur était cinq ou six fois la stature humaine, abritaient dans leurs ombelles les nids des martins-pêcheurs et d’autres oiseaux aquatiques qu’assiégeaient les genettes, les ichneumons, les chats sauvages, tandis que poissons, loutres, hippopotames et crocodiles se cherchaient et se fuyaient entre les pieds.
En Haute-Egypte, si l’on se fie aux peintures du Moyen et du Nouvel Empire, les fourrés de papyrus ne sont ni aussi hauts ni aussi vastes que dans le Delta. Actuellement, cette plante aurait complètement disparu si l’on n’en cultivait quelques spécimens dans les jardins du Caire. Par contre, elle vient spontanément dans la haute vallée du Jourdain et sur les bords du lac de Houlé qui a conservé son nom ancien : « hely », attesté dans quelques textes et surtout par le signe « hl » de l’écriture hiéroglyphique.
..............................................
Pour en savoir plus : An Ancient Egyptian Herbal, par Lise Manniche, AUC Press, 2006
-
Arbres cultivés dans les jardins de l’Egypte ancienne
Dans un pays aussi aride que l’Egypte, les végétaux étaient essentiels à la survie. De nombreuses plantes, parmi lesquelles la fleur de lotus, les roseaux de papyrus et plusieurs espèces d’arbres, revêtaient tant d’importance pour les Egyptiens qu’elles étaient associées à des événements mythologiques.
Les espèces d’arbres suivantes semblent avoir été les principales cultivées dans les jardins de l’Egypte antique.
Sycomore - Ficus sycomorus (Moraceae), Figuier commun - Ficus carica (Moraceae), Palmier dattier - Phœnix dactylifera (Palmaceae),
Palmier doum - Hyphæne thebaica (Palmaceae), Palmier argoun - Medemia argun (Palmaceae), Dattier du désert - Balanites ægyptiaca (Zygophyllacées), Jujubier épine-du-Christ – Ziziphus spina-christi (Rhamnaceae), Moringa - Moringa peregrina (Moringaceae), Olivier – Olea europaea (Oleaceae), Pistachier – Pistacia sp. (Anacardiaceae), Ricin – Ricinus communis (Euphorbiaceae),
Acacia du Nil – Acacia nilotica (Fabaceae).
L’histoire naturelle de l’Egypte
Un livre célèbre de Prosper Alpin du XVIe siècle que l’IFAO vient de publier et qui est l’un des premiers à parler de l’environnement égyptien.
La redécouverte de l’Egypte, a été, pour les hommes d’Occident, une passionnante aventure. Jusqu’à l’an 1700, c’est-à-dire avant que ne s’ouvre avec le XVIIIe siècle, l’ère des grands voyageurs, plus de deux cent cinquante auteurs occidentaux ont publié une relation de leurs aventures égyptiennes. Bon nombre de ces récits sont d’accès difficile, en raison de leur rareté ; certains sont encore manuscrits, les autres sont rédigés dans les langues les plus diverses : anglais, allemand, espagnol, italien, flamand, tchèque ou latin. C’est dire que leur utilisation, même lorsque le livre est accessible, n’est pas toujours à la portée immédiate de ceux qui s’occupent d’histoire orientale.
Pour mieux dégager les étapes de cette lente redécouverte, l’Institut Français d’Archéologie Orientale (IFAO) du Caire a entrepris de republier, de ces multiples récits, la part qui concerne l’Egypte, et de la traduire, quand il y a lieu, en langue française. Documents d’histoire et de civilisation, ces voyages constituent ainsi les premiers pas d’un échange au niveau des hommes. Et c’est dans ce cadre que vient la deuxième édition de Histoire Naturelle de l’Egypte, par Prosper Alpin, 1581–1584, qui vient d’être publiée par l’IFAO. Cette œuvre, traduite du latin, est la vingtième publiée de la collection des Voyageurs Occidentaux en Egypte. Ce livre, qui a été déjà imprimé en 1979, vient d’être réimprimé à l’occasion de la célébration du centenaire de l’IFAO au palais de Mounira.
L’auteur de cet ouvrage de deux volumes, Prosper Alpin, né en 1553 à Marostica (petite ville proche de Vicence), dans l’Etat de Venise, a choisi d’abord le métier des armes, puis, sur les instances de son père médecin, il étudie la médecine à Padoue et fut docteur en 1578.
En 1580, Prosper Alpin est arrivé en Egypte pour un séjour qui a duré trois ans et demi. Pendant le temps qu’il y a passé en pratiquant officiellement la médecine, il s’est appliqué à apprendre les méthodes médicales propres à ces populations. Fasciné par la vie naturelle de l’Egypte, il écrit un grand ouvrage sur l’histoire naturelle du pays dans lequel il a parlé de la beauté de la vallée du Nil, de la crue du fleuve et de ses eaux, du climat du pays, des khamassin et des animaux qui y vivent. « Nous considérons d’abord ce qui semble rendre l’Egypte célèbre et admirable : le climat agréable et sain pour les habitants, le Nil, les villes, les palais, les lacs, les parcs, les richesses, les marchandises apportées des régions voisines, les pyramides, les colonnes, les obélisques, les bains, les tombeaux antiques, les bibliothèques, les sciences, la religion, les plantes communes dans ce pays, les terrains, les pierres et autres éléments du sous-sol connus des habitants, et enfin les animaux domestiques de cette province. Tout cela, avons-nous pensé, ne manquera pas d’intérêt pour ceux qui aiment connaître des régions variées et les différentes façons de vivre des hommes », estime Prosper Alpin dans le chapitre V du premier volume de son ouvrage.
::: Noticia generada a las 8:41 PM
sábado, agosto 18, 2007 :::
Fuente: interfree
Fecha: 17-8-07
Costerà 200 milioni di dollari e verrà ultimato entro il 2010
A. Saudita, a Riad un mega parco botanico nel deserto
Il complesso che si chiamerà 'King Abdullah International Gardens' riprodurrà i 400 anni di evoluzione delle specie vegetali sulla Terra
Riad, 17 ago. - (Adnkronos) - I Giardini del Paradiso rivivranno nel deserto saudita. Secondo quanto riferisce oggi il sito dell'emittente britannica Bbc, un progetto saudita da 200 milioni di dollari sarà realizzato a sud ovest di Riad per riprodurre - con diversi giardini divisi in sette sezioni che si estenderanno su una superficie di 160 ettari - i 400 anni di evoluzione delle specie vegetali sulla Terra.
Il complesso - che si chiamerà 'King Abdullah International Gardens ' - sarà ultimato entro il 2010.
Vi saranno realizzati giardini botanici, scientifici e acquatici sistemati all'interno di due complessi a forma di mezzaluna il cui progetto è stato realizzato dal britannico Barton Willmore. Si tratta di un regalo di Riad al nuovo monarca saudita. Ma i giardini, che sorgono in un'area che centinaia di anni fa era ricoperta di boschi, sono stati soprattutto pensati per permettere la comprensione del processo, delle conseguenze e degli studi sui cambiamenti climatici e mostrarne le evoluzioni registrate nella storia.
::: Noticia generada a las 1:32 PM